La dignidad perdida

ERC y Junts per Catalunya han hecho pública su guerra tras evidenciarse la muerte del 'procés'

Se está poniendo de manifiesto que ERC y Junts per Catalunya ya no se entienden. La pregunta es si se han entendido alguna vez. Personalmente siempre he creído que la hora de ruta de los republicanos era comerse a sus socios. Lo intentó y casi lo consigue. Recordemos que ERC durante mucho tiempo se puso de perfil. Dejaba que el socio se desgastara. Pero, claro, siempre no puedes estar de perfil y, cuando se giraron los pillaron. A día de hoy ambos tienen presos y fugados. Este hecho no anima a llevarse bien.

Por si esto no fuera poco tenemos al presunto “presidente exiliado” en Waterloo. Con unas ganas locas de ser investido president. ¿Y por qué este afán? Es cuestión de dinero. Mantener toda la infraestructura en Waterloo cuesta 190.000 euros anuales. Si no es investido president nadie lo financiará y el sueño se desvanecerá. Siendo investido, todos los catalanes le pagaremos una dorada estancia en el extranjero. Teniendo en cuenta lo que nos espera, quizá es mejor que no lo invistan. Los catalanes nos ahorraremos mucho dinero.

ERC y Junts per Catalunya ya no se entienden. Es lógico: los republicanos siempre han querido comerse a sus socios

Es más, ¿qué pasará si algún día cambia el gobierno de la Generalitat? ¿Se le acabará el chollo? Lo más seguro es que sí. Aunque no creo debamos esperar mucho para ver el final de Puigdemont. Si es por ERC nunca será president.

Y es que el malestar entre las dos formaciones no viene de ahora. Cuando tocaban poder se soportaban, pero tampoco se tragaban. Esto se ve muy bien en la política municipal. No había demasiado cariño y no disimulaban lo más mínimo. Por tanto, que se diga ahora: “guerra abierta”, es una redundancia a algo conocido por muchos.

Ciertamente las cosas han cambiado

Hay dificultades y el pastel a repartir es complicado. Encima tiene que en breve 18 parlamentarios tendrán que dejar sus actas porque quedaran inhabilitados. Luego puede haber un juicio y unas sentencias. Todo esto no ayuda a la paz social política independentista.

 El ‘procés está muerto, aunque algunos quieran revivirlo diariamente

Tampoco ayuda que se han dado cuenta de una realidad: han perdido la batalla. El procés está muerto, finiquitado. Aunque algunos quieran revivirlo diariamente, hablen de esto y de aquello, se manifiesten, lancen proclamas, enarbolen banderas… el procés quedó finiquitado el día que se estableció el 155.

A partir de ese momento ya nada ha vuelto a ser lo mismo. También cambió cundo aquellos que se saltaron la ley fueron a la cárcel. Pensaban que el Estado no actuaría. Y lo hizo como no podía ser de otra forma. Todo esto les ha hecho ver la realidad y no les gusta.

Así pues, que nadie se extrañe si ERC y Junt per Catalunya ya no caminan cogidos de la mano. Nunca lo habían hecho y las circunstancias actuales no son las mejores para la reconciliación. Ambos partidos quieren salvar los muebles y se enfrentaran cara a cara para conservar algo que para algunos ya han perdido: la dignidad.