El decepcionante Torra
El discurso de Quim Torra recuerda a aquellas malas películas que con el título ya sabes el final
La noticia del día no fue el discurso de Quim Torra, sino la dimisión de Xavier Domènech. Porque el discurso del presidente de una parte de Cataluña defraudó. La verdad es que esa canción ya la hemos oído demasiadas veces.
Se presentó un personaje -que no ha votado nadie- leyendo una serie de folios y advirtiendo que por ahí iría Cataluña a partir de ese momento. Muchas eran las expectativas.
Torra volvió al discurso rupturista de siempre
Muchos consideraban que con sus palabras se vislumbraría un futuro marcado por múltiples viajes a Bruselas, entrevistas y reportajes. Al final más de lo mismo. Ninguna novedad. Nada sorprendente. Frustración total.
Y es que Torra volvió a lo de siempre. A hablar de que si Cataluña se independizaría de España, que si hay un mandato democrático, que obedecerá al Parlament, que si…. Lo de siempre.
Añadió que no obedecerá la sentencia del juicio a los políticos presos y huidos. Y es aquí donde entra en contradicción. Ahora acepta que estén en la cárcel, pero cuando un juez los condene, abrirá las cárceles porque no está de acuerdo.
El independentismo está actualmente en caída libre
¿Por qué no lo hace ahora? Y la pregunta clave: ¿Si se abren las cárceles Junqueras aceptará salir saltándose la ley? Me parece que ni una cosa ni la otra.
Torra habló para los suyos en un momento de caída libre del independentismo. Eso no quiere decir que la situación actual en Cataluña se termine mañana. Todo lo contrario. Van a alargar el tema al máximo. Hay demasiadas bocas que alimentar.
Lo bueno del tema es que se harán tan cansinos que la gente los echará por pesados. Todo el procés está condenado a desaparecer por su propio peso y por la sobreactuación de sus protagonistas.
Ellos saben que la gente no está tan animada como tiempo atrás. Si son ciertas las informaciones, el día de la Diada pincharan. Pinchar quiere decir meter unas 250.000 personas en la Diagonal. Después de los millones -según ellos-, esta cifra es significativa.
Un discurso para una parte de Cataluña
Pero les importa poco. En definitiva, Torra defraudó a todo el mundo menos a los hiperventilados que lo escucharon o quisieron escuchar lo que les interesaba. Al resto le pedimos que se deje de milongas.
Que un curso político se empieza en un Parlament, con una hoja de ruta explicando las cosas que va ha hacer por Cataluña, con ideas, con proyectos. Lo de Torra fue un mitin demasiado largo y aburrido. Lo del martes recuerda aquellas malas películas que con el título ya sabes el final.
Por eso lo más interesante del día fue la renuncia -anunciada desde hace tiempo- de Xavier Domènech y la vuelta de AGBAR. La segunda seguro que alguno se pone las flores y admite que han vuelto gracias a él. La realidad, como siempre, es muy diferente.
Respecto a Domènech, sucede lo que a muchos políticos que estaban por la tercera vía: lo han quemado. Abandona la política asqueado por toda una serie realidades que no son las suyas y ante la impotencia de no poder resolver lo que uno quiere.
Colau quema todo lo que tiene a su alrededor porque, como Torra, tampoco tiene proyecto. Los populismos y los nacionalismos tienen esto. Están obsoletos y destruyen todo lo que tocan. Domènech ha sido uno más y, con el tiempo, desaparecerán los actuales protagonistas del procés. Todos están condenados al ostracismo más absoluto.