Centro o periferia

Pedro Sánchez y Pablo Casado sitúan el debate entre votar por opciones de centro político o por formaciones periféricas

El discurso que está desplegando Pedro Sánchez coincide con el de Pablo Casado en un aspecto: situar el debate entre votar por opciones de centro político o votar por opciones periféricas, consecuentemente, alejadas de la moderación.

Se trata de concentrar la campaña política entre los que quieren construir España, ya sean de derecha o de izquierda, y los que impiden hacerlo, como es el caso de Vox y Unidas Podemos. Solo Ciudadanos e Íñigo Errejón se salvan de este debate político dirigido a los electores para que decidan si quieren estar en el centro de la historia o en su periferia.

Ambas formaciones son necesarias para construir las nuevas mayorías políticas tras las elecciones y, por lo tanto, son materiales de construcción del centro como marco para la estabilidad y el sosiego social.

Lo más paradójico de esta dicotomía planteada entre elegir ser centro o periferia política es que Vox gobierna con el PP y Ciudadanos en varias comunidades autónomas, así como Unidas Podemos lo hace con el PSOE.

Entonces ¿cuál es la causa de que se tengan dos varas de medir tan diferentes, una para gobernar España y otra para gobernar una comunidad autónoma?

La respuesta es que, mientras una comunidad autónoma se gestiona bajo un poder difuso y subsidiario del Estado, si exceptuamos el País Vasco y Cataluña, en el caso del Gobierno de España la aritmética debe permitir gestionar un poder real.

Los partidos periféricos identifican a sus votantes y se orientan a ellos

La apuesta del PSOE es ofrecer a sus electores y a todos los ciudadanos una oferta política destinada a ser cabeza de león en Europa y a dirigir a España hacia un proceso de reformas.

La apuesta del PP es ser cabeza de león en España para dirigirla de nuevo hacia un discurso de optimismo económico o para apagar el fuego si se confirma la recesión.

Frente a estas operaciones de fortalecimiento del Estado y sus funciones, impulsadas desde el PSOE y el PP, se despliegan las ofertas periféricas de Vox y Unidas Podemos, cuyo principal objetivo es ocupar el espacio de los dos partidos que lideran los dos bloques, PSOE en la izquierda y PP en la derecha.

Su objetivo es conseguir resultados electorales que les permitan, aplicando la aritmética parlamentaria, poder maniatar al PSOE o al PP en su gobierno.

Si lo miramos con atención, los partidos periféricos identifican a sus votantes y se orientan a ellos, más que a los ciudadanos, para consolidar sus proyectos políticos, mientras que los partidos que buscan el centro esperan llegar a los ciudadanos para conseguir que estos decidan votarlos como mejor opción de gobierno.