Celsa reduce en 116 millones sus gastos financieros
El grupo siderúrgico Celsa-Barna Steel, con sede en Castellbisbal y perteneciente al jovencísimo Francesc Rubiralta Rubió, firmó el pasado verano un acuerdo de refinanciación de 2.300 millones de deuda con sus bancos acreedores, que le otorga unos plazos de amortización más cómodos, a partir de junio de 2015 y hasta 2018. Gracias a ello, en el año que ahora corre los gastos financieros del grupo experimentarán una notable reducción desde los 116 millones que hubo de afrontar el pasado ejercicio.
Celsa está especializada en producir acero en hornos eléctricos alimentados por chatarra, que luego transforma en productos destinados principalmente al sector de la construcción. Es la mayor empresa industrial catalana de capital íntegramente familiar y una de las diez primeras de España no cotizadas en bolsa.
Emplea de forma directa a 2.275 personas, 300 menos que un año atrás. Cuenta con una veintena de filiales, entre ellas Nervacero, Trefilerías Quijano y Global Steel Wire, amén de subsidiarias con acerías propias en Polonia, Gran Bretaña, Noruega y Francia.
El pasado ejercicio, el giro consolidado del grupo bajó de 2.254 a 1.995 millones de euros. Cinco años atrás facturó la cifra récord de 2.850 millones. La exportación representa dos tercios de los ingresos.
Los resultados en 2012 arrojan una pérdida final de 186 millones, casi el triple que los 66 millones de déficit declarado en 2011. Tras este impacto, los recursos propios se reducen de 267 a 86 millones. El grupo contabiliza bases imponibles negativas (crédito fiscalpendientes de compensar por un importe superior a los 1.000 millones.