Caza de brujas

Lo que se nos anunció que iba a ser ‘la revolución de las sonrisas’ de momento ha derivado ya en una reedición de la caza de brujas, a la manera de la que protagonizó en Estados Unidos el senador Joseph McCarthy a mediados del siglo pasado desde el tristemente célebre Comité de Actividades Antiamericanas.

Buen ejemplo de ello es el gran despropósito que se ha armado desde algunos sectores del independentismo catalán contra la designación, por parte del Ayuntamiento de Barcelona, del escritor Javier Pérez Andújar como pregonero de las anuales fiestas de la Mercè, la fiesta mayor de la capital catalana.

Cuando, para expresar de forma pública la oposición a esta decisión del equipo de gobierno municipal presidido por la alcaldesa Ada Colau, se llega al extremo de organizar algo así como una especie de «contrapregón» o «pregón paralelo» –a cargo, por cierto, de un tipo llamado Toni Albà, muy aficionado a montar cazas de brujas, como hizo ya tiempo atrás contra la actriz Carmen Machi-, se ve a las claras que el procesismo adopta prácticas inquisitoriales, en su intento constante de despreciar, marginalizar, ningunear o acallar a todas las voces disidentes.

Javier Pérez Andújar es un escritor catalán, nacido en 1965 en Sant Adrià de Besòs, cuyo primer libro, publicado en 2002, fue ya todo un toque de atención. Fue su ensayo «Catalanes todos. Las 15 visitas de Franco a Cataluña». Desde entonces ha publicado un par más de libros de ensayo –»Salvador Dalí. A la conquista de lo irracional» y «Milagro en Barcelona»-, además de cinco novelas –»Los príncipes valientes», «Todo lo que se llevó el diablo», «Paseos con mi madre», «Catalanes todos» y «Diccionario enciclopédico de la vieja escuela»-, y un gran número de artículos en diversas publicaciones.

Representante genuino de la cultura catalana de expresión castellana e hijo de la emigración de la posguerra, casi todos los libros de Javier Pérez Andújar, como muchos de sus trabajos periodísticos, reflejan muy bien la realidad de esa otra sociedad catalana que gran parte del movimiento independentista pretende invisibilizar, ocultar o silenciar. A pesar de ello, lo cierto es que en 2014, cuando Xavier Trias era aún alcalde de Barcelona, Pérez Andújar fue galardonado con el Premio Ciudad de Barcelona.

¿Por qué los mismos que hace tan solo dos años le premiaron ahora montan una escandalera contra Javier Pérez Andújar? ¿Se trata solo de una simple estratagema para intentar desgastar al actual gobierno municipal?

Mucho me temo que este es un caso que indica que lo que hasta ahora era solo habitual en los sectores más fanáticos e intransigentes del independentismo catalán es compartido incluso por los que habían intentado aparentar una mínima moderación.

¿Para cuándo, pues, la creación en el Parlament de la Comisión de Actividades Anticatalanas? Lástima que Toni Albà no sea diputado; sería un buen remedo de Joe McCarthy.