Catorce nombres y algunos más para la alcaldía de Barcelona

La dilatada oferta de candidatos a la alcaldía de Barcelona muestra que la política municipal está a merced de ejes políticos muy variados

Hace unos días, un político catalán que se ha formado en el municipalismo me comentaba que las próximas elecciones municipales están planteadas más como unas elecciones a la presidencia del Barça que a la alcaldía de la ciudad de Barcelona.

Su observación se centraba en advertir que, como ocurre en las elecciones del Barça, para la alcaldía de Barcelona están surgiendo un sinfín de nombres, posibles candidatos que utilizan la plataforma de la ciudad para conseguir notoriedad o una oportunidad sabiendo que tienen muy difícil pasar el primer corte de selección.

Un diagnóstico que para muchos quedaría certificado al comprobar que se postulan, junto a nombres que ya concurrieron en las pasadas elecciones como Ada Colau, Jaume Collboni o Alfred Bosch, otros como Jordi Graupera, Ferran Mascarell, Esperanza García, Manuel Valls o Nues Munté.

Incluso se ha llegado a especular con otras opciones como Santi Vila, Roger Montañola, Joaquim Forn, Inés Arrimadas o Jordi Cañas, entre otros. Nombres y más nombres que muestran que la ciudad de Barcelona preocupa a muchos y se ha convertido en un objetivo clave para observar hacia donde se puede mover la política española y catalana.

La oferta es tan grande, fragmentaria y fluctuante que muestra hasta qué punto la política municipal se encuentra a merced de distintos ejes políticos que definirán la naturaleza de las elecciones más concurridas que se recuerdan.

Las elecciones de Barcelona ayudarán a medir el impacto del Gobierno de Sánchez

Se barajan cuestiones como la urgencia del independentismo catalán en reconquistar la capital de Cataluña para sus propósitos políticos de ruptura con España, y comprobar si las ciudades del cambio pueden mantenerse o pueden crecer como alternativa a las políticas conservadoras y socialdemócratas.

También se barajan cuestionar como medir el impacto que puede suponer el gobierno de Pedro Sánchez, verificar si Ciudadanos como la primera fuerza política del Parlamento de Cataluña es capaz de trasladar dichos resultados a las elecciones municipales, y determinar qué fuerza política, plataforma o movimiento puede disputar la alcaldía al proyecto de Barcelona en Común.

Debemos añadir a estas consideraciones específicas de Barcelona, otras que implican a las principales ciudades de Europa como son la inmigración, la seguridad, la relación entre el sector público y el privado, la proyección internacional, el modelo turístico, las políticas sociales y ser capaces de crear las mejores condiciones para el liderazgo tecnológico y creativo.

La campaña política quedará además enriquecida con partidos políticos como Units per avançar, liderado por Ramón Espadaler, o Lliures, liderado por Antoni Fernández Texidor. La primera está centrada en desarrollar una intensa y positiva labor para crear un nuevo espacio democristiano y la segunda busca traducir sus esfuerzos para concretar una oferta política que pueda concurrir a las elecciones, sola o en confluencia con otras.

Queda por ver cómo Valls traduce políticamente su exploración por Barcelona

Colectivos como Federalistes d’esquerres o Portes obertes del catalanisme, entre otros, también buscan contribuir el debate sobre el futuro de la ciudad. Queda por saber el candidato o candidata de la CUP y del Partido Popular, y cómo Valls traduce políticamente su incasable exploración por la ciudad para saber si dispone de todos los ingredientes para lograr ser el futuro alcalde de Barcelona.

Los próximos comicios para la alcaldía de Barcelona, en los que se buscará establecer quién, cómo y con quién o quiénes se deberá gobernar la ciudad, nos permiten advertir que estamos ante unas elecciones decisivas y distintas que provocarán una notable movilización de los votantes.

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