Catalunya-España, esperando al lanzamiento de penalties…

Hace semanas abundan este tipo de frases: ¿Qué va a pasar?, ¿Cómo acabará esto?, ¡Qué mala pinta tiene!, ¿Quién dará primero su brazo a torcer?, ¿Podrá Mas salir indemne de este embrollo?… y así todo un reguero de aseveraciones sobre el enquistamiento político que se vive entre el gobierno central y el catalán.

Unos levantaron a la gente y subieron el diapasón de la reivindicación soberanista. Otros, por contra, administran el silencio como arma política, hablan poco y consiguen que hablen en su nombre instituciones europeas, grupos de presión y todo tipo de lobbys contrarios a la independencia de Catalunya.

 
El presidente Rajoy sigue empecinado en la parálisis facial

Si hubiéramos de medir la situación en términos deportivos, podría decirse que hay empate en este momento. El problema estriba en que, siguiendo el símil futbolístico, lo que se disputa es una eliminatoria a partido único en el que aún cabe prórroga, penaltis o moneda al aire. Pero, al final y obligatoriamente, tiene que salir un resultado.

El presidente Rajoy sigue empecinado en la parálisis facial. No sólo se niega a realizar algún guiño, sino que ni tan siquiera ofrece una minúscula mueca. Puro catenaccio. El president Mas puede estar agotando todos los recursos políticos disponibles para forzar el diálogo al llevar su presión reivindicativa a una cota tan elevada (juego al contraataque). Parece que Soraya Sáenz de Santamaría, una vicepresidenta de las que manda de verdad, ha dicho que hasta pasadas las elecciones europeas siga vigente el cuerpo a tierra (como el Barça jogo bonito, pero a rachas).

El empate actual favorece a terceros. ERC es el gran ganador de esta batalla política en la que participa tácticamente sólo de manera indirecta. PP y CiU saldrán irremediablemente damnificados sea cual sea el resultado de su cara a cara particular en el que el electorado es poco más que un invitado y la sociedad ni tan siquiera un privilegiado oyente.

Por eso, cuando alguien nos pregunta sobre cómo está el tema catalán, casi resulta ocurrente responderle: esperando a los lanzamientos de penalties.