‘Caso Piqué Vidal’, todos atentos a sus pantallas
Juan (o Joan, según la tarjeta y el cliente) Piqué Vidal ha confesado ser autor de una actividad criminal. Era más o menos el jefe de una red de blanqueo de capitales procedentes, en origen, del narcotráfico internacional. Ya no es una especulación, lo que les cuento es fruto de su aceptación de los hechos en los juzgados.
La Fiscalía Antidroga que ha instruido este caso durante 11 años pedía penas de prisión de hasta 10 años para la toga dorada barcelonesa. Incluso una fianza de 78 millones de euros. Pero Piqué Vidal, perro viejo, solucionó su condena en un minuto. Acepta un año de prisión, una multa mucho más reducida, de la que pagará una parte mientras del resto se declarará insolvente.
¿Se han vuelto locos los fiscales? En un caso tan claro y directo como el que afectaba al antiguo abogado de Jordi Pujol, ¿cómo puede aceptarse ese cambalache que, con confesión incluida, deja la pena en mínimos?
Conocemos poco la trastienda del mundo de la justicia, pero alguna película americana de serie B hemos visto. Se pacta, se logran acuerdos de espaldas al juez o al tribunal y, siempre, a cambio de algo.
Que nadie se crea que toda la historia de Piqué Vidal está escrita. Ni mucho menos. El iracundo y ególatra abogado ha conseguido un pena reducida de manera exprés a cambio de alguna concesión. ¿Y qué as puede tener amagada la toga más temida de la Cataluña del último cuarto de siglo?
Sigan atentos a sus pantallas, en breve conocerán algunos argumentos que hoy son sólo mera especulación. Lo explicaremos…