Caso Llovet-Borràs: autocensura o acoso

Llovet ha tenido un encontronazo con Laura Borràs, un polifacético personaje que es capaz de liderar un partido político, presidir un parlamento y, al parecer, desarrollar una brillante carrera académica

Escribo este artículo de forma apresurada, cosa inusual en mi caso, ya que siempre intento pulir al máximo la redacción. Pero esta vez, ¡qué salga el sol por Antequera! Y lo hago por solidaridad con un colega de la Universidad de Barcelona, Jordi Llovet. No creo conocerlo personalmente, pero seguramente habremos coincidido en algún momento, ya que tenemos aproximadamente la misma edad y ambos hemos dedicado largos años de docencia en la misma alma mater.

Llovet ha tenido un, digamos, encontronazo con Laura Borràs, un polifacético personaje que es capaz de liderar un partido político, presidir un parlamento y, al parecer, desarrollar una brillante carrera académica. Es envidiable ese polifacetismo. Eso último lo deduzco de su indignación ante un Facebook publicado por Jordi Llovet, que cuestionaba su trayectoria docente e investigadora.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs. EFE
La presidenta de JxCat, Laura Borràs EFE

La que algunos malintencionados llaman «Geganta del Pi», con o sin melodía, ha intimidado a mi colega, de tal manera que él ha decidido retractarse. Lejos de poner dicha rectificación en un brete. Al fin y al cabo no sé si todos los hombres tenemos un precio, pero sí que tenemos un aguante.

Y cuando se está en la setentena, se sobrevive con la pensión de jubilación y no se aspira a mucho más que apurar lo que queda de vida rodeado de libros y recuerdos, e intentar dejar ir alguna reflexión de vez en cuando, no se está para heroicidades. Y al fin al cabo ¿qué? Llovet se ha retractado. También lo hizo Galileo y tantos otros. Y lo haría yo si me pusieran la pistola en el pecho. Y sin embargo… E pur si muove

Que conste que no me estoy solidarizando con mi colega Llovet para chinchar a la todavía presidenta. Me la trae al pairo sus supuestas triquiñuelas con un tipo acusado de varios delitos. De eso la justicia dirá lo que tenga que decir. Nunca he tenido deseos de suplantación. En lo que se refiere al Facebook de Llovet, ni fu, ni fa. Simplemente porque muchas de las cosas que relata, hace ya tiempo que se contaban en corrillos. Los malintencionados de siempre, por supuesto.

La razón principal de mi intervención es que Jordi Llovet me alegra la vida (cosa difícil, con la que está cayendo) con su artículo semanal en el Quadern de El País. ¡Por Júpiter! ¡Que no me falle a causa de este embrollo! Puro egoísmo por mi parte. Y no es la primera vez que hablo de mi adicción. Véase, por si hay dudas, mi diario de la pandemia (sin que sea una incitación a su compra; para leerlo están las bibliotecas). 

En fin, nada nuevo bajo el sol. Tiene suerte la señora Borràs. Siempre tendrá una centuria de adictos prestos a su defensa. «Prietas las filas, recias, marciales, nuestras escuadras van». Y por supuesto también siempre quedará TV3 para el descabello. Y los abogados (los de siempre; no hace falta decir nombres) para amedrentar con un proceso, que no se cubre con una pensión de catedrático jubilado. En esa situación ¿quién no rinde armas? 

Profesor emérito de la Universidad de Barcelona y autor de "Rafael del Riego y su momento histórico" (El Viejo Topo) de próxima aparición
Adrià Casinos