Candidatas y candidatos del PP
La carrera electoral del PP se presenta como una batalla por el poder, y no tanto por la renovación de un partido que acaba de salir del Gobierno
Las primarias del PSOE dilucidaron, con una encarnizada batalla entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, cuál debía ser la estrategia de partido para defender su espacio político ante el acoso político de Podemos.
Las primarias del PP se centrarán en establecer un liderazgo en la derecha que deje sin espacio a Ciudadanos y logre ser percibido como la única alternativa posible para vencer a los que quieren destruir España.
Ningún aspirante a presidir el PP plantea asumir un posicionamiento de autocrítica
Ninguno de los aspirantes a presidir el PP plantean, a excepción de José Manuel García-Margallo, ningún cambio de estrategia en relación a la cuestión catalana, ni asumir un posicionamiento de autocrítica sobre cómo han conducido algunos de los retos que tiene planteada la sociedad española.
La corrupción política, la crisis territorial, las demandas sociales o el debate sobre cómo afrontar la reforma de la constitución no parecen tener cabida como temas de debate para liderar el partido de Manuel Fraga, José María Aznar y Mariano Rajoy.
Todo parece indicar que asistiremos a la lucha por el control del partido y no por su renovación.
Un paso atrás para coger impulso
María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado y José Manuel García-Margallo buscarán pasar el siguiente corte avalando la estrategia realizada hasta ahora por el partido.
Mientras Rajoy intenta desaparecer en Santa Pola y diluirse hasta llegar al anonimato para que se olviden de él mientras siguen coleando los casos de corrupción que puedan comprometerlo, los suyos parecen decididos a preservar su legado político.
El mismo que los ha conducido a perder el Gobierno de España.
Las primarias del PP servirán para preservar el control del partido en manos de quien llevó a Rajoy al poder
La cuestión de fondo que persigue el Partido Popular es aprovechar la oportunidad de consolidar un bipartidismo de cuatro partidos que implique dejar con muy poco espacio electoral a Ciudadanos y observar con agrado el hundimiento de Podemos en manos del PSOE.
La dura salida del gobierno se empieza a percibir como la oportunidad para aligerar y, si es posible, detener el desgaste de la corrupción y convertir las próximas elecciones en una confrontación entre los dos grandes partidos, PP y PSOE.
Serán unas primarias para preservar el control del partido en manos de aquellos que llevaron a Rajoy al poder y gobernaron a sus órdenes.
Candidatas en primer plano
Si nos acercamos a los contendientes, veremos que las candidatas aspiran a ser la primera presidenta de España y los candidatos a ganarse un buen lugar en las próximas listas, repetir como ministros o aspirar a serlo.
La principal credencial de Cospedal es haber sostenido intacto el partido mientras el caso Gürtel debilitaba el Gobierno.
La credencial de Soraya es haber conseguido una coordinación eficaz del gobierno sin prestar mucha atención al caso Gürtel ni a la cuestión catalana.
Las dos candidatas, gane quien gane, viajarán hasta Santa Pola tras su victoria para celebrar que el sacrificio de Rajoy no ha sido en balde.
La duda, la única duda, que asalta a ambas es saber cuál puede llegar a ser el punto débil que puede conducirles a la derrota.
Y en relación a los candidatos, todos ellos, sólo tienen una duda: qué hacer y qué cara poner si vence alguno de ellos, incluso Casado.