Canales y puertos
El puerto de Barcelona crece pese al maltrato por parte del Estado central, y refleja el boom de la economía catalana
De las promesas de Mariano Rajoy en Cataluña otra mentira ha sido la de los millones atribuidos a inversiones del Estado para el puerto de Barcelona. Porque en realidad son inversiones realizadas por el propio puerto, sin apoyo del gobierno central: 150 millones de euros. Así lo denunciaba hace poco su presidente Sixte Cambra.
Es el tercer puerto del Estado en mercaderías y el primero en turismo, que sigue maltratado por el Estado, a pesar de la eficiencia y capacidad impulsora que ha demostrado a lo largo de la historia, aprovechando hasta el límite el régimen de autonomía relativa que disfruta y que al aeropuerto del Prat ya le gustaría tener.
El memorial de agravios es como siempre estructural. El tránsito por el ancho ibérico puede dar salida a las necesidades de transporte por el momento. Pero si se confirman todos los proyectos que están llegando al puerto de Barcelona, será urgente instalar la vía de ancho internacional. Y todo está por hacerse.
La ineficiencia inversora del Estado en obra pública es de difícil calificación por expertos económicos sin prejuicios
Aún hay muchos déficits operativos. Entre Castellbisbal y la frontera se tiene que compartir tramos con el alta velocidad de pasajeros. ADIF limita la circulación de trenes de mercancías a los 500 metros de largo. Sólo hay seis máquinas que pueden realizar la tracción de mercancía en un ancho internacional. Los precios para el tramo del puerto a la frontera son caros en comparación con los de Francia.
Siento ser reiterativo pero la ineficiencia inversora del Estado en obra pública es de difícil calificación por expertos económicos sin prejuicios. Sólo la enfermiza obsesión centralista aplicada a las infraestructuras explicaría, por ejemplo por qué no se ha llevado a cabo la habilitación del corredor ferroviario de mercancías Barcelona-Zaragoza-Madrid para trenes de 750 metros. Sería una inversión relativamente baja pero con un alto retorno.
De forma natural el puerto también podría crecer en dirección al sur de Francia, por ejemplo con un puerto seco en Tolosa. Pero el cuello de botella de la conexión pirenaica de ancho europeo lo impide.
Se nota una creciente inversión de empresas chinas que equilibrarían la balanza
A pesar de todos los impedimentos y obstáculos del Estado, el puerto de Barcelona refleja el boom de la internacionalización de la economía catalana. En exportación se encuentra en volúmenes un 60% superiores a los años previos a la crisis. Y en importación se ha recuperado los niveles de antes del 2007. Por otra parte se consolida la influencia del puerto en zonas lejanas. Gracias a las inversiones en las terminales ferroviarias de Zaragoza se ha convertido a TMZ en la primera terminal interior de contenedores marítimos.
China domina las importaciones con un 40% de ellas y sólo un 10% de las exportaciones; pero se nota una creciente inversión de empresas chinas en nuestra casa que equilibrarían la balanza.
En turismo marítimo se ha llegado a los cuatro millones de pasajeros de los cuales unos 2,7 millones han arribado en cruceros. Barcelona ha crecido un 15% como puerto base de estas embarcaciones. Habrá que encontrar las maneras de minimizar los aspectos negativos sobre la ciudad de Barcelona, pero no se puede obstaculizar alegremente un sector que significa el 7% de los ingresos del puerto, unos 480 millones para el PIB catalán y la generación de unos 8.000 puestos de trabajo derivados. Esto, dejando de lado el hecho que, al ser Barcelona un puerto base, se multiplican los enlaces aéreos internacionales hasta El Prat.
Barcelona ha crecido un 15% como puerto base de los cruceros
El puerto seco de Madrid a Azuqueca deriva hacia Valencia. Es más cercano. Pero la actualidad del eje de la prosperidad que tanto le gustó a Aguirre, Zaplana y Matas se ha convertido en el eje de la corrupción. Es la Valencia arrasada con las derivadas del caso Gürtel que llegan a Madrid. Y ahora todo el tinglado mafioso del Canal de Isabel II devora judicialmente los entornos del PP de Madrid. Y que promete más, vista la declaración de Esperanza Aguirre diciendo que ella de esto de las campañas no se cuidaba y que si alguien lo sabía era Rajoy.
Circula en la red un chiste de publicidad de café con tres imágenes la de Mario Conde, la de Ignacio González, recientemente ingresado en prisión, y la de Mariano Rajoy. Las marcas del café son: Expreso, Presso y Nextpresso. Ingenioso pero quizás profético.
Cuando desde el españolismo y el conservadurismo de la casta dominante se acusa a una parte de la derecha catalanista de haberse refugiado en el independentismo, quizás se tendrían que mirar al espejo. No fuera caso que el enemigo común del independentismo y la izquierda anticapitalista de Podemos sea la cortina de humo para esconder la inmensidad de porquería que ha circulado por las cloacas del Estado y sus oligopolios económicos y mediáticos, y últimamente se ha derramado por el Canal Isabel II, llegando sin ‘dePPurar’ a este río mediterráneo que es el Manzanares.
Cómo ven, son distintas formas de practicar en política esta carrera de élite que es la ingeniería de Caminos, canales y puertos.