Calviño fracasa en los fondos europeos

Calviño fracasa estrepitosamente en la gestión de estos fondos, lo sabe y por eso está crispada, por eso insulta al líder de la oposición y por eso el Gobierno la trata de proteger de sus propias incompetencias

Abril de 2021. Sánchez presentaba su Plan de Recuperación, transformación y resiliencia bajo el redondiano slogan de “España Puede”. En ese discurso Sánchez lanzó una frase que fue titular en muchos medios, y que, a esta altura, nueve meses después, ya se ha consolidado como otra de sus grandes mentiras.

Sentenció Sánchez aquel día que “las consecuencias beneficiosas del Plan comenzarán a notarse desde el primer minuto de su ejecución«.

Recordemos las grandes cifras del Plan que Calviño y Sánchez presentaron por todo el país de forma pomposa y vergonzosa. Vergonzosa porque, por ejemplo, para la presentación en Extremadura voló en Falcon al aeropuerto de Talavera donde quince coches que habían salido de Madrid horas antes le esperaban para llevarle a Mérida , cual llegada de Trump, para devolverlo horas después al Falcon ante la incredulidad de los extremeños por el despilfarro y la pompa presidencial.

Estas cifras de las que hablaba son 69.528 millones de euros, justamente los que como ayudas desembolsará la Unión Europea a España en estos tres ejercicios 2021-23.

Para ello el gobierno socialista presupuestó en los PGE de 2021 24.198 millones de euros, que supondrían 2,6% de incremento del PIB y que pensaban articular a partir de 10 políticas y 30 componentes. Más allá de los eufemismos monclovitas que trata de engañar a los españoles, la realidad es que según la IGAE en los últimos datos publicados sólo habían llegado a nuestras empresas 104 millones de esos euros, y que, pese a haber recibido ya desembolsos de 19.000 millones de euros solo habían ejecutado esa cifra de ayudas a las empresas, obviamente sin aportación ninguna al PIB de este país. Cero.

Calviño fracasa estrepitosamente en la gestión de estos fondos, lo sabe y por eso está crispada, por eso insulta al líder de la oposición y por eso el Gobierno la trata de proteger de sus propias incompetencias. ¿Cómo si no se explica que retuerzan el lenguaje para tratar de justificar lo injustificable?

La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. EFE/Javier Cebollada

Porque pueden haber “asignado” o “comprometido”, como le gusta decir a la vicepresidenta, 9300 millones, pero ellos se comprometieron con los españoles a que las consecuencias beneficiosas se notaran desde el primer minuto. ¿Alguien nota algo? ¿Alguien conoce a alguien que haya recibido algún euro de fondos europeos Next Generation?

El fracaso de la gestión en el primer año es tan incuestionable como su falta de transparencia y su discrecionalidad para otorgarlos, primando a ciudades y regiones gobernadas por el PSOE, no teniendo criterios claros, e insultando institucionalmente a quien trata de proteger sus intereses. Que salga Guillermo Fernández Vara, plegado y arrodillado siempre a Sánchez, el presidente de la genuflexión, a criticar que el gobierno de la Comunidad de Madrid exija lo suyo e insultando a Pablo Casado por defender esa exigencia es tan hilarante como su figura política.

¿Dónde está la transparencia? No existe. Cada mes pregunto en el Congreso de los Diputados la ejecución por cada Ministerio y datos actualizados al respecto de los proyectos y los compromisos asumidos. Nunca se responde. Calviño no quiere que le controlemos los fondos europeos porque sabe que el desastre de su gestión va a salir a la luz.

No solo no aceptaron la propuesta de Pablo Casado con relación a un organismo independiente que fiscalice estos fondos y su destino, si no que, con el apoyo de VOX, aprobaron una gobernanza de los mismos que les ayuda a dar cobijo legal a esta falta de información y de rendición de cuentas tan necesaria en la vida política.

Esta opacidad trata de esconder las discrecionalidades, la falta de agilidad administrativa que está ahogando a los fondos y que ESADE puso sobre la mesa en une encuesta que entierra el modelo de gestión del gobierno en opinión de los gestores públicos de los fondos.

Falta de agilidad y falta de plazos de los que se quejan las empresas, con casos extremos en los que se han llegado a abrir convocatorias con 8 días de plazo para presentar los proyectos, lo que invalida de facto a las pymes y micropymes que no tienen capacidad para acometer en tan poco tiempo el reto de presentar propuestas y que genera desconfianza en la legalidad del procedimiento administrativo utilizado. ¿Esos plazos alguien los considera compatibles con la voluntad que debiera tener la administración de libre concurrencia?

Hace falta más diálogo y más claridad en este reparto

Calviño está fracasando, y otra realidad que no puede ocultar es que los propios ayuntamientos siguen a día de hoy fuera de estos fondos y sin publicar convocatorias en una demostración de que hace falta más diálogo y más claridad en este reparto.

Y si Calviño aún a esta altura niega estar fracasando, que mire lo que está pasando en los países de nuestro entorno, donde Francia a agosto ya había desembolsado, no comprometido ni asignado, desembolsado, el 30% del total de sus fondos, más de 29.000 millones frente a los 102 de Calviño. O que dirija su mirada a Portugal que en agosto de 2021 ya había casi invertido el 30% de sus ayudas totales con absoluta transparencia y trazabilidad. Muy cerca de aquí, un ejemplo de que las cosas se pueden hacer bien o muy bien. Nada que ver con el desastre patrio de la vicepresidenta Calviño.

Las mejores consecuencias beneficiosas para nuestra economía no vendrán hasta que Calviño y Sánchez dejen de dirigir la política económica de este país. A partir de ese momento, desde el primer minuto, estoy convencido de que se notarán las consecuencias beneficiosas. Pero solo entonces. En política, como en todo, si no aportas, te apartas.