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Tito (Pedro) Sánchez, el mismo que se deja fotografiar junto al cariñoso tito Berni, es experto en burlesques. La temporada electoral se está descontrolando antes de que empiece. Y en mal momento, en la plenitud de la pandemia, un número indeterminado de diputados socialistas decidieron orillar los toques de queda bien entonados entre rayas, puros y putas.
Ahora que todo se sabe, tito Sánchez debe ser raudo, creativo… más populista si cabe. Así que dijo al reflejo de su espejo: –Montemos otra burlesque… Una que salga gratis, como la de mi tesis; pero esta tiene que distraer y, a la vez, apretar filas.
–Ferrovial, dijo a la oscura Nadia. –¿Y cómo lo hacemos, presidente?, pidió detalles la eurócrata al filiforme líder. –Fácil: invéntate algo como lo harían en Podemos. –Tito Pedro (ella puede llamarle por su nombre), ¿estás seguro? –Venga, Nadia que vas por el buen camino. Llama –siguió tito Sánchez— al ministro más listillo que tenemos. Que te ayudé Escrivá. –Hecho presidente. O sea, tito Pedro*.
Pero las burlesques son artísticas. Hay que saber. Y la eurócrata oscura no tiene tablas. Su actuación en la radio quedó a la altura de una mala performance universitaria. Ni el ministro listillo pudo salvar el número. Así que tito Sánchez tuvo que bajar del Falcón para dar a la actuación un buen acto. –Los Del Pino no son patriotas. Patxi aplaudía a muñeca desencajada desde la butaca.
La fuga de Ferrovial, movimiento empresarial idéntico al que han dado otras tantas empresas españolas antes, es la migaja de la semana del tito Sánchez para el vulgo. Mientras, el verdadero teatrillo se representa entre el Ramsés y el Sombras. Todo digno de Torrente, relata Eduardo Madina en la radio que le gusta al tito Sánchez.
Esa corrupción y cutrez de los ochenta sigue vigente con personajes que dignifican la parodia de Santiago Segura. ¿Pero cómo es posible? Esta, y no otra, es la pregunta maestra que esta semana intenta responder ‘La Plaza, con Juan García’.
*Diálogo imaginado para tu distracción, aunque probablemente sea más real que las trolas de Sánchez sobre los Del Pino.