Bula
“Los errores se pagan” es una famosa frase dirigida a aquellos que han cometido en el pasado algunas equivocaciones. En la actualidad, en el caso de España, debería añadirse una coletilla: “si no eres un directivo del sistema financiero”.Éstos tienen bula, aunque no papal, sino gubernamental. El motivo esgrimido para concedérsela: son esenciales para el progreso del país, siendo prescindibles la mayoría del resto de ejecutivos.
Son unos grandes supervivientes que jamás reconocerán una equivocación, pues las palabras “mea culpa” no forman parte de su particular diccionario. Probablemente, la mayoría no tenga grandes dotes de gestión, pero si de comunicación. Si los bancos y cajas que dirigen obtienen elevados beneficios, hacen creer a la población que la causa no es una propicia coyuntura sino la calidad de su gestión En el caso de que dichas entidades tengan problemas de solvencia y supervivencia, pretenden convencernos de que éstos no provienen de sus errores, sino que son consecuencia de la mala suerte (a veces denominada adverso entorno internacional).
Debido a ello, consideran legítimo forrarse cuando el negocio va bien y seguir haciéndolo cuando va mal. En este último caso, pretenden que los ciudadanos les ayudemos y, a través del Estado, les proporcionemos el capital necesario para salvar a sus entidades. No deberíamos dárselo a empresas textiles, metalúrgicas o inmobiliarias, pero si a ellos, ya que en el capitalismo hay dos distintas clases de sociedades: las “pata negra” (bancos y cajas) y las estándar (el resto).
Nos venden que regalar nuestro dinero a una entidad financiera es un acto de patriotismo. En concreto, una manera de ayudar a la nación en tiempos difíciles. Seríamos egoístas y malos ciudadanos si nos preguntáramos: ¿qué puede hacer el país por mí? En lugar de ello, deberíamos reflexionar sobre: ¿qué debo hacer yo por mi entidad financiera?
A pesar de las indudables ventajas de que gozan, se consideran unos auténticos incomprendidos por las críticas que últimamente reciben, especialmente las que padecen por restringir notoriamente la concesión de créditos. Dicen que lo hacen por nuestro bien, para que no vivamos por encima de nuestras posibilidades. ¡Qué lástima que no pensaran lo mismo seis años atrás! La economía española se lo hubiera agradecido.
NOTA DEL BLOGGER: Os paso el enlace de la entrevista que hace unos días me hicieron en el programa Els Matins de Josep Cuní de TV3 (www.tv3.cat/videos/1012059). Creo que refleja de forma bastante fiel mi pensamiento sobre la actuación pasada y actual de las entidades financieras.