Bruce Lee y el independentismo catalán

Se dice que el independentismo catalán ha adoptado las tácticas fluidas inspiradas en la filosofía de Bruce Lee

Hojeando la prensa extranjera, acerca del paralelismo entre el vandalismo hongkonés y la revolución cada vez menos sonriente del independentismo catalán, me sorprendió que algunos medios afirmaran que los “manifestantes catalanes han adoptado las tácticas fluidas inspiradas en la filosofía de Bruce Lee”.

Sin ser lector ni espectador de la obra de Bruce Lee, me adentré durante unos días en la, digamos, producción intelectual –la escrita, no la filmográfica– del personaje con la intención de encontrar la fuente de inspiración o imitación de nuestros independentistas.

El pensamiento de Bruce Lee, grosso modo, se caracteriza, utilizando sus propias palabras, por “infundir el espíritu de la filosofía en las artes marciales”. En definitiva, por decirlo en sus mismos términos, Bruce Lee brinda “filosofía” y “camino marcial”.

Dicho lo cual, conviene preguntarse dónde está la fuente de inspiración del independentismo catalán. Pregunta que podría formularse también así: ¿qué puede aprender o imitar el independentismo catalán del “pensamiento” de Bruce Lee?

De los principios fundamentales de la filosofía de Bruce Lee –autoayuda inefable y de bajo vuelo, valga la redundancia– poco puede aprender el independentismo: que si somos parte del todo, que si lo natural es el cambio, que si la naturaleza nos modela, que si algo crees que es imposible será imposible, que si la realidad va delante de la creencia, que si no desconectes de ti mismo.  

Los estudiosos de Bruce Lee –los hay– coinciden en que su gran aportación está en la siguiente frase de resonancias taoístas: Be water, my friend. O sea, “Sé agua, amigo mío”.

¿De qué habla? El autor responde: “No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable como el agua… Sé agua amigo mío”. Una retórica huera que puede resumirse así: hay que ser flexible y adaptarse. ¿Eso puede interesar al independentismo?

Bruce Lee brinda un modo de actuar que casa con la práctica del independentismo catalán

La cháchara pseudofilosófica de Bruce Lee no le sirve para nada al independentismo catalán. Así pues, ¿dónde encontrar sus “tácticas fluidas” que inspiran al independentismo catalán? La respuesta está en el “camino marcial” del autor.

Sus obras –El método de combate. Técnicas avanzadas y El Tao del Jeet Kune Do, que suele traducirse como El camino del puño interruptor– permiten hablar de cinco caminos: 1) ataque singular simple (ataque por sorpresa), 2) ataque por inmovilización (previa neutralización de alguna defensa del contrario), 3) ataque indirecto (precedido de finta o engaño), 4) ataque combinado (sobre una misma línea), 5) ataque con inducción (contraataque).

Si elaboramos una plantilla con los acontecimientos del “proceso” –proceso participativo sobre el futuro político de Cataluña del 9-N, golpe al Estatuto y la Constitución del 6 y 7 de septiembre de 2017, referéndum ilegal del 1-O, declaración unilateral de independencia del 27-O o el incumplimiento de la resoluciones de los Altos Tribunales y las argucias para esquivar la legalidad– constataremos que coincide con los caminos protocolizados por Bruce Lee.

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Bruce Lee brinda un modo de actuar –una técnica– que casa con la práctica del independentismo catalán. Cierto, el autor piensa en el ring. Pero, sus caminos son también aplicables en el cuadrilátero de la política. Especialmente, en la intentona secesionista en Cataluña.  

La práctica del independentismo también se caracteriza por algunos atributos o tácticas que Lee detalla en su obra. Por ejemplo: la velocidad de percepción, la actitud triunfadora, la lucha mecánica que reitera acciones y la lucha inteligente que tiende trampas al contario, el ataque con cualquier cosa que venga a la mente o el moverse con determinación “como un animal salvaje para atemorizar a tu contrario”.

Y no hay que olvidar el camino de perfección que Bruce Lee exige a los seguidores de su método de combate: “Hemos de resaltar encarecidamente –dice– que estos movimientos no pueden dominarse sin práctica, más práctica y aún más práctica”. Cosa que, lamentablemente, los ciudadanos hemos sufrido.

Ni Henry David Thoreau, ni Mahatma Gandhi, ni Rosa Parks, ni Nelson Mandela, ni Martin Luther King. El modelo del independentismo catalán es Bruce Lee quien, por cierto, murió en Hong Kong mientras rodaba una película titulada El juego de la muerte. Y en eso estamos.

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