Fernandéz Ordóñez, Miguel Ángel (Mafo): El gobernador del Banco de España acostumbra a ser una figura poco discutida públicamente. Sobre todo cuando ese cargo lo han desempeñado personas de una autoridad profesional innegable y con independencia política. Pero lo cierto es que tras los escándalos protagonizados por Mariano Rubio y el perfil político de los últimos gobernadores (Caruana y Mafo), sólo me viene a la memoria el nombre de Luis Ángel Rojo.
A Mafo no le gustaban las cajas, eso era vox pública en el sector y sus aledaños. Y, menos, obviamente, las que han estado mal gestionadas. Tragaba con La Caixa y las cajas vascas por aquello de las nacionalidades históricas, pero a la que el momento ha sido propicio no ha dudado en apretarles a todas el collar en el cuello.
Pues eso, Mafo se las ha cargado como modelo financiero. ¿Cómo? Aprovechando la coyuntura financiera para obligarlas a virar 180 grados su modelo. Ahora serán mayoritariamente bancos. La coartada de la crisis que atravesaban ha venido como anillo al dedo. Pasará a la historia como el gobernador que reconvirtió el sector. Quizá incluso tenga razón. El análisis más distante en el tiempo nos permitirán juzgar.
Fainé, Isidro: Otro que pasará a la historia. Está de vuelta de todo y no podía evitar que aflorara esa actitud el viernes cuando respondía a las preguntas que la prensa le formulaba sobre la transformación de La Caixa.
Si Josep Vilarasau quedará en los libros como el gran impulsor de La Caixa en la segunda mitad del siglo XX, Fainé lo será por convertirla en banco a principios del XXI. Vilarasau, por cierto, tuvo tal peso que incluso unos años después de haber sido depuesto aún sigue recibiendo mamporros en forma de opinión pública y publicada. Injustos en mi opinión, es obvio.
Fainé dice que la idea de transformar a la entidad en un banco hacía 12 años que se barruntaba. Por lo tanto se desconoce si la paternidad es suya o de su antecesor (Fornesa) o del antecesor de su antecesor (Vilarasau). La incógnita sigue sin despejarse.
Desconozco si Fainé se ha aficionado a algún tipo de cabalística, pero lo cierto es que nos dijo a reducido grupito de periodistas el viernes que también había tardado 12 años en llegar a un acuerdo con Mutua Madrileña (y tres intentos fracasados). Por tanto, el año bueno para La Caixa no es el actual sino 1999. Dicho queda y Don Isidro lo refrenda.
PD: Por si alguien no lo recuerda, Fainé fue nombrado director general de La Caixa en 1999.
Unnim: Son medio paisanos y quizá eso me haga ser benevolente. Son el quiero y no puedo. Quieren figurar en el mapa financiero, pero calibraron mal el tamaño y ahora están resentidos. El viernes decidieron convertirse en banco. Si el Frob les deja otra vez dinero pueden llegar al 8% de core capital que reclama el Gobierno. De otro modo está difícil, pues no les quedan demasiados activos que vender después de desprenderse del negocio asegurador.
Tienen, además, dos velocidades internas. El actual director general, Enric Mata, que habría pactado jubilarse en abril próximo, intenta mantener su criterio y a su equipo por encima del resto. El que será su sustituto, Jordi Mestre, está taponado dentro de la organización para pilotar los cambios que luego deberá administrar él.
La integración de culturas no ha funcionado. Mata representa al cajero antiguo, decimonónico, autoritario internamente, detallista hasta estrangular la iniciativa de sus equipos. Mestre, procedente de Caixa Sabadell, tomará el relevo en primavera. Hasta entonces, parece renuente a dar el zarpazo. Mata, de Terrassa, es como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. En su entorno todos esperan que deje paso y permita organizar un futuro en el que él estará ausente.
La caja vallesana tiene la suerte que el tercer socio, de Manlleu, no incomoda y aportó un negocio sin muchas trampas. Con la conversión en banco podrá financiarse mejor en el mercado y sobrevivir el primer corte entre los listos y los torpes, pero sus posibilidades ahora están al 50% y demasiado subordinadas a lo que hagan sus equipos humanos.
Lo que es innegable es su valentía. Fueron las primeras cajas en fusionarse. Ahora, salvo La Caixa (champions league del sector financiero), son los primeros de España en anunciar que se transforman en banco.
(La semana próxima: el papel del Banc Sabadell; los problemas de nacimiento del SIP de Caja Madrid, Caixa Penedès e Ibercaja)