Blockchain: la tecnología del pasado que está transformando el futuro

La tecnología de la cadena de bloques se originó en 1982 pero en 2020 ha logrado su despegue definitivo con un valor de mercado de 600.000 millones de dólares

Desde finales del siglo pasado hemos ido convirtiendo poco a poco toda nuestra sociedad en un mundo digitalizado, y particularmente la economía no es una excepción. Durante estos últimos años se está hablando mucho de criptomonedas, cadena de bloques (blockchain en inglés) y en particular de bitcoins o ethereum, pero realmente la tecnología subyacente de todos estos conceptos existe desde hace 30 años. 

Un poco de historia 

El origen del blockchain se sitúa en 1982 cuando el doctor David Chaum propone un protocolo informático basado en algo similar a cadenas de bloques, en la que puede considerarse la primera aproximación a esta tecnología. Posteriormente, en 1991, los doctores Stuart Haber y W. Scott Stornetta publicaron un trabajo en el que aseguraban criptográficamente una cadena de bloques con el objetivo de que no se pudieran manipular las marcas de tiempo de documentos.  

Finalmente, en 1992, el doctor Dave Bayer se incorpora al grupo de Haber y Stornetta y juntos añaden los denominados árboles de Merkle al diseño original para mejorar su eficiencia y sobre todo para poder recopilar varios documentos dentro de un mismo bloque. 

Sin embargo, no fue hasta agosto de 2008 cuando Satoshi Nakamoto, nombre utilizado por la persona o grupo de personas que desarrollaron el código del bitcoin, registró el nombre de dominio “bitcoin.org” y el 31 de octubre de ese mismo año se publicó un artículo que dio lugar a la primera criptomoneda conocida: “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”. 

Tecnología Blockchain 

Una cadena de bloques es una lista de registros (bloques) que se enlazan unos a otros mediante algoritmos criptográficos, de tal manera que se garantiza la seguridad de cada bloque individual y de la cadena completa. Esto implica que los datos de cada transacción incluidos en un bloque no se pueden alterar sin que se vean afectados los bloques contiguos y, por lo tanto, también la cadena completa, lo que garantiza la integridad de la información.  

Además, estas cadenas de bloques son públicas y están compartidas de forma descentralizada entre los múltiples nodos que forman la red, de manera que cada transacción individual es validada por todos ellos. Esto implica que aunque se consiguiera modificar la codificación de algún bloque de tal forma que a pesar de la alteración la cadena completa siguiera siendo correcta, habría que replicarla en todos los ordenadores entre los que se ha distribuido dicha cadena de bloques. Esto hace que sea prácticamente imposible poder modificarla maliciosamente.  

Por lo tanto, se trata de un sistema de transacciones totalmente distribuido, en el que no existe una entidad que certifique estas transacciones, sino que son los propios usuarios los que validan las operaciones realizadas por el resto. En definitiva, blockchain es una base datos distribuida entre todos los participantes de la red de forma transparente, aunque garantizando la privacidad de las transacciones, y en la que las personas pueden realizar operaciones sin que exista una autoridad central, constituyendo de facto un registro contable global. 

El negocio del blockchain 

Aunque el uso original de la tecnología blockchain fue la creación de la primera criptomoneda conocida, posteriormente su utilidad se ha ido ampliando y se han desarrollado nuevas aplicaciones que hacen uso de esta tecnología. En el gráfico que se muestra a continuación se muestran algunas de ellas. 

Hoy en día se está empleando para la firma de contratos inteligentes, como sistema de validación de documentos, en operaciones de registro de la propiedad y en diversos servicios de notaría, así como en cuestiones más técnicas como el almacenamiento en la nube o en el comercio electrónico. 

Ante el creciente número de aplicaciones para las que puede utilizarse esta tecnología, el mercado del blockchain ha ido creciendo desde su inicio, fundamentalmente durante los últimos años, experimentando un fuerte repunte en 2020, que se prevé se siga manteniendo en el futuro. En la siguiente gráfica se puede observar la evolución de este mercado durante los últimos años, así como la previsión para los años venideros, según datos publicados por Shanhong Liu y recogidos en el sitio web “www.statista.com”. 

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De acuerdo a esta previsión, el mercado de la tecnología Blockchain alcanzará los 39.000 millones de dólares en 2025, fundamentalmente concentrado en el sector financiero, con una cuota del 60% del valor, principalmente mediante las criptomonedas, las plataformas de pagos y los productos financieros. 

Como se ha comentado antes, esta tecnología ofrece múltiples usos para las organizaciones, y campos como el de la gestión de la cadena de suministros o el Internet de las cosas (IoT) tienen un amplio potencial para su uso presente y futuro. De hecho, esta tecnología debe empezar a verse como una nueva industria, en la que cada vez más empresas emergentes van a aparecer con miles de millones de dólares de inversión. 

Por otro lado y centrándonos en el bitcoin como la aplicación más conocida de la tecnología blockchain y la que la hizo mundialmente conocida, según datos publicados por Raynor de Best en febrero de 2021, el número de carteras (wallets) o cuentas digitales en esta criptomoneda, en las que se almacena la información del propietario y mediante la que se realizan las transacciones a través de un proveedor de estos servicios, no ha dejado de crecer en los últimos años, existiendo en la actualidad más de 66 millones, con incrementos anuales constantes de cerca del 100%. En el gráfico que se muestra a continuación se puede ver la evolución durante los últimos años del número de carteras de bitcoins. 

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Finalmente, se muestra la capitalización en bolsa del mercado de bitcoins en millones de dólares. Como se muestra en el siguiente gráfico, el año pasado ha sido el de su despegue definitivo, con un valor de mercado que se ha multiplicado por cuatro en solo doce meses, hasta alcanzar los 600.000 millones de dólares. Hay que recordar que durante el mes de febrero de 2021 la cotización del bitcoin superó la barrera de los 50.000 dólares, multiplicando por 9 su valor de marzo de 2020 cuando cotizaba alrededor de los 6.000 dólares. 

Estos datos son especialmente significativos, teniendo en cuenta que todavía existe un gran porcentaje de la población que no está familiarizada con esta criptomoneda o aun conociéndola tiene ciertos recelos a invertir en ella, dada la gran volatilidad que tiene en la actualidad, incluso en sesiones intradía. 

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En resumen, este año ha sido el de despegue definitivo de esta tecnología. Sus aplicaciones son innumerables y en el futuro se prevé que cada vez sea más utilizada. El ejemplo del bitcoin es quizá el más significativo, ya que hasta ahora el uso de las cadenas de bloques como criptomoneda ha sido el más conocido, pero no hay que olvidar que tiene muchas más utilidades. La transformación digital de la sociedad es un hecho y esta tecnología es una más de las muchas que se están utilizando ya en la actualidad y están destinadas a cambiar el mundo en el que vivimos.