Bipartidismo 2022
El regreso del bipartidismo que se vivirá en la disputa por ver si gana el PSOE o el PP en las próximas elecciones implica para muchos ciudadanos volver a tener mayor estabilidad política, económica y social
¿Cuántas veces se ha intentado derrotar al bipartidismo? Desde el movimiento del 15M en el año 2011, se ha querido acabar con la hegemonía del PP y el PSOE, pero no se ha logrado. España ha sido gobernada ininterrumpidamente por el PSOE o el PP desde el primer gobierno de Felipe González en 1982 hasta nuestros días. Ha sido un bipartidismo basado en la vieja y exprimida dicotomía entre la derecha y la izquierda para retener cada uno a su electorado. Ahora que Madrid acoge la cumbre de la OTAN y que España cumple 40 años de su adhesión a la organización militar, es bueno recordar que fue gracias al cambio y al decidido apoyo del PSOE a favor de entrar en la OTAN en el referéndum, que hoy existe en España un régimen bipartidista.
Lo podemos exponer de otro modo: el apoyo de Felipe González a la OTAN permitió al PSOE evolucionar y pasar de ser un partido de movilización social a convertirse en un partido de poder homologable a otros grandes partidos europeos de izquierda que sacrificaban convicciones por el bien de su país. Otro momento cristalizador, también con Felipe González, fue la entrada de España en la Unión Europea.
El apoyo de Felipe González a la OTAN permitió al PSOE evolucionar y pasar de ser un partido de movilización social a convertirse en un partido de poder homologable a otros grandes partidos europeos de izquierda
En el caso del PP, el ascenso de José María Aznar permitió dejar atrás la sombra alargada de Alianza Popular y forjó un partido de corte atlantista que conectaba con la España favorable de la OTAN impulsada por Felipe González. Un proceso que sigue su avanzando ahora con el acuerdo de España con Marruecos impulsado por Pedro Sánchez.
Fiabilidad y credibilidad
Estos momentos de consolidación del bipartidismo han amoldado los ideales de ambos partidos a las circunstancias reales, huyendo de las utopías de cambio perpetuo de la izquierda o de la inmovilización eterna de la derecha. El bipartidismo del PP y PSOE se funda en la fiabilidad y credibilidad que tienen ambos partidos, tanto en EEUU como en buena parte de la comunidad internacional, y que otros partidos no son capaces de transmitir, como es el caso de Unidas Podemos, Ciudadanos o Vox. Es un bipartidismo estructural que ahora ha vuelto a emerger en las elecciones andaluzas con la mayoría absoluta del PP y la derrota absoluta del PSA.
Otros aspectos, como el apoyo sin fisuras a la monarquía parlamentaria, el europeísmo, la libertad de mercado o la cohesión territorial frente a los desafíos nacionalistas o independentistas, certifican el sello de calidad que ostenta el bipartidismo. La crisis en Unidas Podemos y sus confluencias, el fracaso de Ciudadanos y la contención del crecimiento electoral de Vox en favor del PP han de leerse como síntomas de la debilitación de todos aquellos partidos políticos que no están alineados con los intereses políticos Internacionales dominantes, la ortodoxia económica marcada por el Banco Europeo, la lealtad con Europa y las garantías de estabilidad jurídicas para evitar que se cambien las reglas del terreno de juego a mitad del partido.
El regreso del bipartidismo que se vivirá en la disputa por ver si gana el PSOE o el PP en las próximas elecciones implica para muchos ciudadanos volver a tener mayor estabilidad política, económica y social.