Belleza y fealdad de los presupuestos

La aprobación de los presupuestos tanto catalanes como los del conjunto del Estado se llevan con una tensión controlada porque impera el objetivo de sacarlos adelante

La buena noticia de la probable aprobación de los presupuestos de la Generalitat de Catalunya y del Estado marcan el retorno a la normalidad de la política tras años en que prorrogarlos era la única salida posible.

La belleza de los presupuestos de ambos gobiernos reside en que todos ellos son “expansivos” al ampliar su dotación económica y social. Belleza porque las negociaciones entre los partidos, tanto en Barcelona como en Madrid, se están desarrollando bajo una tensión moderada, pactada y lógica para lograr el objetivo de aprobarlos.

Hemos pasado de la tensión que se vivía en años anteriores, con amenazas políticas que impedían cualquier acuerdo, a poner condiciones que la otra parte puede llegar a asumir.

La CUP pide a ERC, como ERC pide al PSOE, inclinar los presupuestos hacia su óptica de país, pero ahora lo importante para todos es aprobar los presupuestos cuando antes el objetivo era no hacerlo para sacar beneficios electorales. Son bellos porque aunque fallara la CUP hay opciones reales para aprobarlos con otras fuerzas políticas. Esta alternativa permite afirmar que son los primeros presupuestos con óptica de superar el “procés”.

La fealdad de los presupuestos reside en la visión de la Unión Europea, que ve los del Estado Español con preocupación pues quieren más definición sobre la reforma de las pensiones, la reforma laboral o el aumento del gasto público. Fealdad porque la Unión Europea no ve posible que España pueda elevar los ingresos públicos tal como reflejan los presupuestos presentados.

No se trata tanto de falta de confianza por parte de las autoridades europeas como de un mayor realismo en su visión de la evolución económica al incorporar en sus previsiones la crisis energética o la evolución de la pandemia. Las recomendaciones de Bruselas de aceptar más gasto público solo pueden admitirse si es posible sufragarlo.

Aspectos como el pago de las pensiones, el aumento del gasto en dependencia o el apoyo económico a los jóvenes con bonos específicos a la vivienda son algunas características de la belleza de los presupuestos, que está puesta en duda por la visión de Bruselas que no acaba de ver los presupuestos tan bellos como se ven desde España.

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