Banco de España, I D i
Había una canción en la década de los 90, unos de aquellos añorados y dorados años de la música popular en España, que contenía el siguiente estribillo: «Ay Manolete, si no sabes torear, pa´ que te metes». Sabias palabras, sin duda. Atendiendo a la actualidad y en tono un tanto desgarrado, pero ¿quién es el Banco de España para recomendar retrasar la edad de jubilación? Máxime en estos momentos de revisión sobre sus nefandas actuaciones realizadas durante el inicio de la crisis bancaria. Las recomendaciones de la entidad presidida por su actual gobernador, don Luis María Linde, no han sido ni muy lucidas ni muy lúcidas, la verdad.
En una última comparecencia, el gobernador recomendaba ampliar el período de trabajo más allá de los 67 años. Podemos alegar a favor de la propuesta que el propio gobernador da ejemplo, puesto que supera con creces esa edad, cumpliendo este año los 72. Como diría un clásico, supone así un «ejemplo vivo de metáfora».
Pues la verdad, un supuesto departamento de I D i de la entidad podría haber realizado un mayor alarde de imaginación. Paliar los efectos del déficit de la Seguridad Social incrementando los ingresos por aumento de la edad de jubilación pues casi que se le ocurre a cualquiera. Como posible solución innovadora, no lo parece mucho.
No solo porque haya determinados puestos de trabajo que con una edad de 70 resulte harto complicado ejecutarlos bien y con rapidez; pero es que, además, a partir de enero del año 2013, la edad de acceso a la pensión de jubilación depende de la edad del interesado y de las cotizaciones acumuladas a lo largo de su vida laboral, requiriendo haber cumplido los 67 años o 65 años cuando se acrediten 38 años y 6 meses de cotización. Si el mercado laboral se revitaliza y volvemos a contratar a personas en una media de sus 25 años, les van a quedar por delante 45 años de trabajo continuado. No va a resultar fácil, no.
Habrá que buscar otras fórmulas de ajustar el déficit y a poder ser, un poco más imaginativas. ¿Qué tal, a modo de referencia, revisar el concepto de trabajo y los modos de cotización? Como en Suecia, por ejemplo.
El origen del ripio cantado se basaba en una anécdota referida al gran torero Manolete. En los años cuarenta del pasado siglo, los aficionados a los toros en España se dividían entre partidarios de Manuel Rodríguez, Manolete, y del mexicano Carlos Arruza. Los seguidores de Arruza sacaron un pasodoble que decía eso: «Manolete, si no sabes torear pa’ qué te metes».
Como curiosidad apuntamos que los dos toreros eran grandes amigos produciéndose la rivalidad entre los aficionados. Derivado de esta situación, quedó para la posteridad emplear esta frase cuando algún voluntarioso intenta reparar algo y acaba estropeándolo aún más, debido a su impericia.
Siguiendo con las comparaciones y como mera referencia cultural, apuntamos que el grupo que interpretaba la canción, cuyo título, por cierto, era Tirititri, donde aparecía la mencionada estrofa, tenía el revelador y premonitorio nombre de No me pises que llevo chanclas. Pues eso, revelador y premonitorio, sin duda.
Manuel Carneiro Caneda es consejero delegado de IFFE Business School