Banca y sostenibilidad

Acaba de aparecer el libro Illusions financières (Las editions de la atelier) del doctor Gaël Giraud, jesuita, profesor del École de Économie de Paris e investigador económico al CNRS. Hace poco estuvo en Barcelona con motivo del 18º Foro de la Asociación Internacional de Escuelas de Negocios de los Jesuitas (IAJBS). Conocido por publicaciones anteriores como 20 propositions pour réformer le capitalismo mantiene que la salida de la recesión económica tiene que pasar por el inicio de una «transición ecológica», que haga frente al cambio climático y a la crisis de la energía, y por la reforma del sistema bancario. Si no es así, vaticina un crash, antes del verano de 2013, mucho peor que el de 1929.

En el nuevo libro afirma que desde el 2010, la crisis financiera de las subprime se ha convertido en una crisis de deuda pública, y todo parece indicar que el peor está todavía para venir. El callejón sin salida al que los mercados financieros condenan la economía europea socavará las propias instituciones de la Unión Europea. Denuncia la falta de sentido que tiene hacer un plan de austeridad para un país cuando los intereses del crédito superan el índice de crecimiento de su economía. Así se puede vaticinar la recaída de Grecia y la caída de España, Italia y también Francia. Hay otras salidas, se pregunta, que la generalización de los planes de austeridad fiscal, el pago de las deudas bancarias por los contribuyentes y la deflación? «Todos los bancos se están muriendo y nosotros no tenemos que morir por uno», afirma Giraud.

Gaël Giraud pone de relieve en su trabajo, las ilusiones que desdibujan el debate público actual. Explica que el retos de la energía y el clima son los principales factores que influyen en la prosperidad sostenible en todo Europa. Y subraya, también, la necesidad de colocarla en el centro de un nuevo proyecto que se escape de la adicción mortal de nuestra economía a hacia unas finanzas desreguladas. Por Gaël Giraud la transición ecológica es un proyecto de sociedad que puede conducir en Europa a salir de la trampa donde lo han precipitado los excesos financieros, y sugiere formas de superar los obstáculos financieros que encontrará esta transición.

Desde su condición de cristiano, hace una apelación a estos para que no sólo no se alejen de este tipo de cambio de la sociedad, sino que espera que jueguen un papel de vanguardia en el cumplimiento del reto de la transición ecológica: respecto a la naturaleza, el amor por el otro, en nombre de los más vulnerables, de los que serán las primeras víctimas de ajuste climático y la energía que nos impondrá la naturaleza, si no se hace nada para negociar la transición con la inteligencia y la preocupación por la justicia. El que en Francia llaman crecimiento sostenible y solidario.

Comparto plenamente los retos de Giraud: inmediata regulación bancaria internacional, empezando por Europa. Y apuesta desde el Banco Europeo por una economía sostenible, solidaria y no dependiente, con inversiones abundosas que crearían centenares de miles de puestos de trabajo y facilitarían el paso a una sociedad del bienestar frugal y sostenible. Sólo echo de menos –no deja de ser francés– la necesaria revolución en el modelo de estado. Especialmente en los diplodocus jacobinos que predominan al sur de Europa y que de su estatismo hacen una imposible cualquier transformación social y económica ágil, equitativa, responsable y no paternalista.