“Ayuser or loser”

Ayuso asegura que su modelo fiscal no busca recaudar a cualquier precio, sino que haya más gente pagando menos impuestos. En Madrid quien gana 16.000 euros paga 841 de impuesto sobre la renta. El mismo contribuyente paga en el País Vasco 1.120 euros

Está claro. El modelo económico de Isabel Díaz Ayuso ha convertido a Madrid en el motor de España. Cualquier otra opción parece perdedora. “Ayuser or loser”, dicen sus fans. Y la presidenta de la comunidad de Madrid se pasea por España explicando los ingredientes de una receta que, con sus diferencias, se puede cocinar en cualquier otra autonomía. Somos una nación de ciudadanos libres e iguales, insiste Ayuso, y nos afecta lo que suceda en cualquier otra región. No solo en la nuestra.

Bajo esa premisa se presentó hace unos días en Vitoria, en un encuentro organizado por el Foro económico del Partido Popular al que acudieron unos 200 empresarios vascos a los que el PNV no consiguió disuadir. Muchos están dispuestos a probar de la manzana prohibida, aunque esto suponga su expulsión del paraíso vasco. Y Ayuso, como Eva al desnudo, desgranó una a una las diferencias económicas de la autonomía que preside respecto de la que lidera el lehendakari Iñigo Urkullu.

Si se pagan menos impuestos en Madrid que en el País Vasco es porque se ha recortado el gasto público y eso estimula la economía, dice la presidenta madrileña, convencida de que otros parámetros le dan también la razón. Por ejemplo, mientras Madrid aumenta en 500.000 los trabajadores afiliados a la Seguridad Social en los últimos años, el País Vasco se estanca. Y si a Madrid han llegado 50.000 nuevas empresas, del País Vasco se han ido o cerrado 16.000.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención este viernes en un desayuno coloquio con empresarios alaveses organizado por el PP en el que hablará sobre su modelo económico y fiscal. EFE/ David Aguilar

Ayuso asegura que su modelo fiscal no busca recaudar a cualquier precio, sino que haya más gente pagando menos impuestos. En Madrid quien gana 16.000 euros paga 841 de impuesto sobre la renta. El mismo contribuyente paga en el País Vasco 1.120 euros. Otros impuestos como el de Patrimonio en Madrid se bonifica al 100%, y donaciones y sucesiones al 99%.

En tierras vascas hay ya empresarios que no ocultan su preocupación por la trayectoria de la economía. El propio equipo de Iñigo Urkullu sabe que la solución no es acusar a Ayuso y a la comunidad de Madrid de practicar “dumping fiscal”. Disponer de herramientas fiscales como las que tiene el Concierto Vasco no permite protestar por lo que hacen los demás.

Tal vez debería el Gobierno Vasco analizar las razones del retroceso demográfico, de la falta de políticas efectivas en materia de natalidad. Del fallido sistema educativo, centrado en dar cada vez más valor al euskera como lengua y menos al conocimiento de las materias correspondientes. Debería tal vez pararse a pensar si el nacionalismo obligatorio no es causa de marginación y salida de mucho talento joven que difícilmente volverá algún día.

Acusar a Ayuso de “dumping fiscal” es cuando menos hipócrita. Madrid, al igual que otras 15 comunidades, se rige por la aplicación de las mismas competencias. Las que permite el actual régimen de financiación, mucho más restrictivo que el que tienen la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra. “Si nosotros tuviéramos competencias, por ejemplo, en Sociedades, seríamos aún más competitivos”. Dice Isabel Díaz Ayuso.

«Efecto Ayuso»

La visita de la presidenta de Madrid al País Vasco, su comparecencia ante unos 200 empresarios vascos, abiertos a escuchar otras fórmulas, ha preocupado al PNV. Saben que el “efecto Ayuso” existe y que todo cuanto diga la madrileña puede poner en cuestión lo que durante tanto tiempo se ha dado en llamar el “oasis vasco”. El presidente del PNV, Andoni Ortúzar, no ha tardado en calificar de populista a Ayuso con una afirmación que bien podría resumirse en sí misma como un compendio de lo que es el populismo: “Díaz Ayuso usa la libertad para favorecer a los que más tienen y bajarles, a costa de la calidad de los servicios públicos y de la atención, a los más necesitados”.

En el PP del País Vasco han podido comprobar la capacidad de movilización de Isabel Díaz Ayuso. Reunir a 200 empresarios en un hotel de Vitoria no se consigue con facilidad. Y menos para un partido disminuido en los últimos años en esta comunidad. Los votos que antaño iban a los populares, de un tiempo a esta parte los cosecha el PNV. Ayuso ha dejado claro ahora que los nacionalistas tienen fisuras en su cacareada buena gestión y ha marcado la senda para tratar de reducir su hegemonía.

El de Madrid es un modelo que no solo ha colocado a esa comunidad a la cabeza de España. También ha puesto en evidencia las carencias de otros que parecían intocables.