Aniversario terrorista politizado
Lo más grave es que, en un asunto tan doloroso, la política no se deje al margen y se siembre la discordia
Confrontación sin tregua. Los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto del año pasado van a ser los primeros que se conmemoran sin que prevalezca el recuerdo y el dolor por las víctimas.
Eso es algo desconocido en Europa. También es nuevo en España. También es insólito que nadie se queje si no es farisaicamente, para desacreditar mejor a quienes piensan distinto.
Veremos cuál es el papel de Torra y Colau, teniendo en cuenta que hay dos manifestaciones
Habrá dos manifestaciones de duelo. La oficial, presidida por el Rey, protegida por un formidable cordón de seguridad para que no se le acerquen ni los de la extrema derecha. La independentista, igualmente rodeada de policía para que nadie se desmande.
Veremos por donde anda el president Quim Torra. Veremos como se las compone la alcaldesa Ada Colau, para estar en la oficial sin dejar de lado la independentista o tener un recuerdo para los presos que eliminaron a los terroristas con tanta celeridad.
El cruce de acusaciones se intensifica. Fallo de la policía catalana contra fallo de los servicios de seguridad del estado. La consigna es la misma: desacreditar hasta desviar parte de la culpa, a ser posible toda.
El procedimiento para conseguirlo es simétrico. Se trata de seleccionar los datos que más convienen y mezclarlos con simples sospechas y suposiciones para arrojar el cóctel fatal a la faz del otro.
El atentado pudo ser mucho peor: los terroristas planteaban volar la Sagrada Familia
Las autoridades podrían poner fin a la doble campaña mediante unas declaraciones o un simple gesto. Los medios de comunicación podrían clamar contra tanta insensatez. Las entidades reclamar la unidad en el dolor. A una semana de la fecha fatídica no se observa el menor síntoma en este sentido. Unos se acusan. El resto calla.
La explosión de Alcanar
Mientras, se reafirma la creencia de que podría haber sido mucho peor. Varias masacres simultáneas en lugares de máxima concurrencia como la Sagrada Familia o el Camp Nou.
La explosión de Alcanar salvó muchas vidas, por desgracia, no todas, y precipitó la reconversión de atentados a gran escala en los tristemente famosos atropellos indiscriminados de Las Ramblas y los hechos de Cambrils.
Que los mossos actuaron con celeridad nadie lo discute
La explosión de Alcanar pasó inadvertida. Un poco fuerte por tratarse de simple butano, pero como se produjo en plena canícula y todo el mundo andaba de vacaciones, no levantó las debidas sospechas. Algo raro pero sin importancia. Y punto. Nadie sospechó la verdad. No hubo interés en ocultar nada.
Quienes sí se dieron cuenta de que debían actuar precipitadamente eran los terroristas. O improvisaban o habrían sacrificado en vano sus vidas sin conseguir el propósito de sembrar el terror, segando las vidas de cuantos más infieles mejor.
Que los mossos actuaron con celeridad, impidiendo que los asesinos huyeran, se reorganizaran y continuaran matando, es evidente. No se discute, pero sí conviene se oculta.
España es el primer país en el que se difumina y se traslada la culpabilidad fuera de los terroristas
Hasta ahí, una síntesis de lo que podemos dar por cierto. Después de los atentados, en seguida, en plena manifestación popular de dolor, entran en acción las famosas acusaciones de negligencia a la policía catalana.
Estaban avisados de atentado en Las Ramblas y no trataron de impedirlo. Ahora que ya sabemos que los objetivos eran mucho mayores, esta acusación pierda importancia policial, no política.
España es también el primer país europeo en el que se difumina e incluso se traslada la culpabilidad. En todo el mundo, los culpables de los asesinatos son los asesinos, los culpables del terrorismo, los terroristas.
Lo grave es que se siembre la discordia en vez de compartir un sentimiento de duelo
Todos los terroristas que llegan a perpetrar sus atentados lo hacen burlando las medidas de seguridad y la vigilancia policial y de los servicios especiales. Si quienes protegen nuestras vidas fueran infalibles, ningún terrorista lograría su propósito.
¿Cómo consiguió un ex preso llegar a imán y burlar a los servicios secretos? Lo más probable es que engañándoles, prometiendo confidencias y revelaciones a cambio de cierta protección. No hay duda de que Es-Satty contaba con una gran capacidad de seducción verbal, unida a su doblez.
Que hubo celos entre cuerpos de seguridad y fallos de coordinación es seguro, como en todo el mundo. Lo grave no es eso. Lo grave es que en un asunto tan doloroso la política no se deje al margen y se siembre la discordia en vez de compartir un sentimiento de duelo por las víctimas que no deja de ser idéntico.