Algunas notas sobre las elecciones andaluzas

Las elecciones en Andalucía las sigue ganando la Junta y de paso, el partido que ostenta la presidencia en ese momento

Decía Gaspar Zarrías, ex vicepresidente de la Junta de Andalucía con Manuel Chávez y cerebro gris de las grandes mayorías absolutas del PSOE en esta tierra, que en Andalucía las elecciones no las gana el partido, las gana la Junta.

Se refería el bueno de Gaspar a la enorme capacidad de persuasión que posee un gobierno en el ejercicio de sus funciones, mucho mayores que las de cualquier partido, sobre todo si como sucedía en aquel entonces con el equipo de altas prestaciones políticas que él dirigía, el gobierno hacía bien su trabajo, que además de gobernar, consiste en echarle muchas horas de coche y muchos kilómetros de carretera para hablar cara a cara con alcaldes, concejales y ciudadanos en todos los pueblos y ciudades de Andalucía.

Han pasado muchos años desde que esta máxima fue pronunciada pero en lo fundamental sigue funcionando exactamente igual entonces: Salvo guerra, inundación, meteorito o invasión alienígena, las elecciones en Andalucía las sigue ganando la Junta y de paso, el partido que ostenta la presidencia en ese momento.

Es este conocido efecto, además del incansable trabajo de Juanma Moreno y el desgaste de un PSOE que sigue sufriendo las consecuencias de sus muchos años de gobierno el que ha hecho que en menos de cuatro años, una región que sociológicamente sigue siendo de centro izquierda haya virado de forma rotunda su voto hacia el PP de Andalucía. Al menos en su voto autonómico.

Despejada por tanto la incógnita acerca de qué partido – bueno, en realidad qué candidato– va a ganar las próximas elecciones, vamos si les parece a poner la lupa sobre los que de acuerdo con las encuestas, deberían ser los objetivos, retos y oportunidades de cada una de las formaciones que van a competir el próximo 19 de junio por gobernar en la región más amplia territorial y poblacionalmente de nuestro país.

Partido Popular, Juanma Moreno

Según todos los sondeos, el PP de Juanma Moreno ocupa el liderazgo en cuanto a las preferencias de los andaluces, es el líder más valorado y además una sólida mayoría cree que seguirá siendo el presidente.

El objetivo nada disimulado de los populares andaluces en estas elecciones es obtener un diputado más que la suma de todos los partidos de izquierda, un resultado que le permitiría alzarse con la presidencia y formar gobierno sin necesidad del voto de los diputados de Vox y posteriormente aprobar leyes y presupuestos apoyándose alternativamente en derecha e izquierda.

Un resultado que está a su alcance y que solo me plantea una duda metafísica: ¿Serán capaces los populares andaluces de hacer una campaña sólida esta vez?

Partido Socialista, Juan Espadas

Bien, voy a decirlo, el guantazo que se va a meter el PSOE de Andalucía en estas elecciones va a ser antológico. Los socialistas andaluces no solo no van a recuperar el gobierno, sino que además corren el riesgo de obtener el peor resultado de su historia, poniendo de paso en grave riesgo el resultado del PSOE a nivel nacional en las próximas elecciones.

Resulta extraordinariamente llamativo que disponiendo de un candidato tan sólido y con tantas posibilidades como Juan Espadas, la precampaña socialista haya decidido desaprovechar sus demostradas capacidades en una serie de actos menores más propios de unas primarias que de una elección autonómica.

La única esperanza para los socialistas es que su fortísima implantación territorial consiga que no bajen del 25% de votos, pero ni siquiera eso tienen garantizado a día de hoy.

Ciudadanos, Juan Marín

Juan Marín y su equipo tienen dos posibilidades, la primera es seguir como hasta ahora ignorando todas las alarmas que las encuestas han encendido y plantear una campaña “aquí no ha pasado nada” o darse cuenta de la realidad, asumirla y plantear una campaña de estricta supervivencia priorizando las provincias en las que tiene alguna posibilidad de obtener resultados ( Sevilla, málaga y Cádiz) olvidándose de hacer campaña en el resto de Andalucía.

Esta priorización de “battlegrounds” supondría minimizar la inversión en los territorios en los que no van a estar ni cerca de obtener un acta de diputado para saturar de actos y publicidad aquellas provincias en las que si la tienen.

Para ello Marín y su equipo deberían poner en formación de batalla inmediata a los cargos públicos que han ejercido su mandato en la junta en este gobierno y con ellos, no dejar de visitar ni una sola pedanía en estas 3 provincias.

Vox

Vox sigue creciendo en Andalucía, pero ya no serán ninguna sorpresa.

Por primera vez, el partido de Abascal ( que recuerden, obtuvo su primer gran resultado en las anteriores elecciones andaluzas) no puede jugar a lo loco en esta campaña, ya que deben defender el resultado de las anteriores elecciones, es decir, que por primera vez, se juegan algo más allá de sus siglas nacionales.

Su objetivo es sin duda obtener mayor representación que en las anteriores elecciones, y según las encuestas, es algo que está perfectamente a su alcance con una solitaria nube en el horizonte, que no es otra que quedarse a pesar de todo fuera del próximo gobierno.

La izquierda a la izquierda del PSOE

A pesar de que han hecho suficientes méritos como para desaparecer del escenario político andaluz, aún existen posibilidades de éxito para la izquierda andaluza. Desgraciadamente todas ellas pasan por ser capaces de construir una sola plataforma electoral olvidándose de sus incomprensibles rivalidades, algo que ya han demostrado que es superior a sus elefantiásicos egos.

Si a pesar de todo consiguen ponerse de acuerdo, seguramente salvarán los muebles gracias a la vieja estructura orgánica del PC andaluz y a su reciente implantación institucional en algunos ayuntamientos como el de Cádiz.