Algunas consideraciones sobre la revolución de Pablo Iglesias
El líder de Podemos se enfrenta a una votación que puede cambiar el panorama político en España y decapitar un movimiento que quiso ser revolucionario
La casa, vivienda, chalet, dacha, morada, hacienda, o refugio de Pablo Iglesias e Irene Montero con una superficie de 268 metros cuadrados, en un solar de 2.000, ha dejado en el aire una duda. ¿Es posible hacer una revolución con tantos metros cuadrados previstos para aislarse de la revolución?
La ironía, la crítica mordaz o la simple descalificación han sido más duras desde la esfera de la izquierda que desde la derecha. La derecha lo ha celebrado como un triunfo de su modelo de vida mientras que la izquierda orgullosa habla de contradicción o traición a su clase.
La situación ha desembocado en consultar a las bases “si somos dignos de seguir”. Muchos opinan que este acto de constricción oculta una sutil, pérfida y mortificadora estrategia para señalar con el dedo a quien está contra Iglesias.
La compra del chalet es el acto más revolucionario que Pablo Iglesias ha llevado a cabo
Para una parte de las bases de Podemos lo que Iglesias pregunta es si el partido es digno de seguir con ellos, de ahí la crítica a la pregunta: ¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben dejar la secretaría general y la portavocía de Podemos?
Antes de adentrarnos en el último acto de este caso político, hagamos algunas consideraciones sobre la revolución de Iglesias, pues la compra de su chalet es realmente el acto más revolucionario que ha hecho hasta la fecha.
En el caso de que las bases lo hagan caer, lo puede cambiar todo en España.
El rechazo de la izquierda
Una parte de la izquierda, la más lujosa en recrear imágenes de otros tiempos y culturas revolucionarias, siempre ha tenido una especial atracción en reclamar depuraciones políticas.
Los tópicos más rancios de la izquierda radical se han levantado contra los contaminados Iglesias y Montero, alentando la burla como en el pasado se apedreaba a los locos, las adúlteras o los falsos profetas.
Impón tu estrella. Abraza tu felicidad. Y camina hacia tu riesgo.—René Char
No se les acusa tanto de haber comprado una vivienda de 600.000 euros como de haber tenido la capacidad de crear las condiciones para comprarla.
Tener la capacidad de comprarla implica constatar que Iglesias y Montero eran lo suficientemente fuertes económicamente como para canalizar políticamente los movimientos del 15M.
Para muchos, el salto desde una plaza pública en una tienda de campaña a un chalet que tiene las dimensiones de una plaza pública se hace insoportable, irrespirable como el hedor de un cadáver.
No se les perdona que hayan tenido tiempo para levantar una hipoteca y no para compartir el sufrimiento de sus compañeros; no pueden imaginar que se pueda tener un futuro y compartir a tiempo parcial el sufrimiento del pueblo y las injusticias del mundo.
No pueden asumir el gen egoísta de la condición humana, causante biológico de la inclinación humana a la diferencia. Este gen debería ser arrancado desde el mismo momento en que se nace para culminar una revolución sin líderes.
La naturaleza de la revolución ha transitado hacia los valles donde abundan los intereses
El linchamiento mediático, en especial en las redes sociales, va trazando el camino a la guillotina de Iglesias como líder político y moral de Podemos hasta el punto de que Iglesias ya ha puesto en marcha un singular plebiscito sobre su liderazgo y forma de vida.
Lo que sus críticos, oportunistas y visionarios no quieren percatarse es que la naturaleza de la revolución ha transitado de las cumbres románticas a los bulliciosos valles donde abundan los intereses.
¿Quién hubiera apostado por la Grecia de Syrtza como el más fiel escudero de la Alemania de Angela Merkel que tanto combatió?
El abandono de la causa
Karl Marx dijo que la revolución de 1848 era una parodia. Las revoluciones nacen de un relámpago de astucia de algunos hombres y mujeres que cambian el tedioso devenir de la historia para convertirse, años más tarde, en una parodia que desvela una simple y mortificante verdad: la lucha fue por el poder y no para cambiar las condiciones de quienes lo sufren.
La verdad siempre nos inunda de tristeza; por eso solo vamos tras ella cuando la injusticia nos toca.
Debemos preguntarnos, ¿es la revolución de las cinco estrellas en Italia o es la de los desheredados norteamericanos de Donald Trump el ejemplo de revolución soñada por la izquierda de las grandes gestas y rupturas?
La respuesta la encontramos al advertir que todos los revolucionarios que hoy conducen las luminosas revueltas prefieren lidiar su desencanto entre las protectoras paredes de mármol de los parlamentos que buscando en la memoria adoquines que puedan lanzar en sueños.
El chalé de Pablo Iglesias es la mejor estrategia política para quitarse de en medio a todos los inquisidores en favor de la doctrina fracasada de una virtud pública inalcanzable y enferma.
Aquellos que veían en la coleta de Iglesias las crines de un caballo indomable, ahora descubren a un poni con el que pueden jugar.
Las dimensiones de la casa adquirida por Pablo Iglesias e Irene Montero deja a sus críticos de la izquierda radical buscando en sus fantasías un nuevo líder que pueda prender fuego a la impura e indecorosa morada del traidor y la traidora.