Gas natural: puente a un modelo energético sostenible

La transición hacia las energías renovables pone sobre relieve el papel del gas natural como hidrocarburo más limpio

Después de que entre 2014 y 2016 los países consumidores de petróleo se acostumbraran a precios bajos (de 40 a 60 dólares por barril), el fuerte crecimiento de la economía internacional, el pacto entre Rusia y la OPEP para recortar producción y la falta de suministro de algunos países clave situó el pasado jueves el barril de brent en los 74 dólares, el nivel más alto desde noviembre de 2014.

Los analistas consideran que el precio del crudo puede situarse pronto en los 80 dólares debido al interés de Arabia Saudita en mantener los recortes, la posibilidad de que Washington suspenda el tratado con Irán el próximo 12 de mayo y la incertidumbre sobre posibles guerras comerciales.

Donald Trump desembarca del Air Force One a su llegada a Washington / EFE

Donald Trump desembarca del Air Force One a su llegada a Washington / EFE

El impulso americano

Si se cumplen dichos vaticinios, EEUU sufrirá mucho menos que Europa. En 2017, EEUU se convirtió en el primer productor combinado del mundo de petróleo y gas natural, con un 16% del total.

Desde 2011, EEUU exporta petróleo refinado, y en 2017 exportó gas natural por primera vez en 60 años.

Gracias a la revolución de petróleo y gas de esquiste y a la utilización del fracking y otras tecnologías, este año EEUU batirá su récord de producción de petróleo (11 millones de barriles diarios).

La exportación de gas natural de EEUU crea un mercado global

Entre 2014 y 2016 las compras de hidrocarburos de EEUU descendieron por valor de 400.000 millones de dólares, un ahorro de 1.000 dólares por hogar. En 2008, EEUU tuvo que importar petróleo y gas natural por valor de 500.000 millones.

En los primeros diez meses del año pasado la cifra descendió a 53.000 millones de dólares. Si se mantienen las proyecciones, EEUU puede conseguir la autosuficiencia en hidrocarburos en pocos años.

El gas de esquisto y su exportación por parte de EEUU tiene el beneficio adicional de crear un mercado global para el gas natural.

La canciller alemana Angela Merkel habla durante un acto en Hannover / EFE

La canciller alemana Angela Merkel habla durante un acto en Hannover / EFE

El desconcierto europeo

Los objetivos de generación de energía renovable y aumento de eficiencia energética de la UE son admirables.

Pero la dependencia de la energía importada de la UE ya se situa en el 54%. Es evidente que las fuentes de energía renovable aún no están suficientemente desarrolladas desde un punto de vista tecnológico.

Alemania se empeña en construir otro gaseoducto (Nord Stream 2) desde Rusia que excluye a Polonia y las repúblicas Bálticas.

La Comisión Europea debe bloquear semejante despropósito, al igual que hizo con South Stream, otro proyecto de gaseoducto promovido por Vladimir Putin y Gazprom.

 Las fuentes de energía renovable aún no están suficientemente desarrolladas

Incluso el mayor productor de vehículos eléctricos estadounidense, Tesla, es incapaz de fabricar el Model 3 (gama media) de manera eficiente.

El gas natural, el hidrocarburo más limpio, puede desempeñar un papel imprescindible en la transición aún larga a un modelo energético con mayor aporte de las renovables.

Mariano Rajoy junto al  ministro de Energía, Álvaro Nadal / EFE

Mariano Rajoy junto al  ministro de Energía, Álvaro Nadal / EFE

La oportunidad española

EEUU está incrementando sus exportaciones de gas natural licuado (GNL), y España es el país europeo que cuenta con más plantas de regasificación.

Miles de autobuses en España circulan desde años con gas natural, cuyas emisiones de gases invernadero son entre 13% y 21% menores a las de vehículos que funcionan con gasolina.

Un modelo de Honda fabricado en EEUU desde 2013 que consume gas natural genera emisiones de monóxido de carbono 67% inferiores y de óxido de nitrógeno 50% menores a las de un vehículo equivalente propulsado por gasolina.

España es el miembro de la UE con más plantas de regasificación

Europa puede dejar de depender en un 25% del gas natural ruso mediante la importación de GNL procedente de EEUU.

España es el miembro de la UE con más plantas de regasificación. Diversas empresas están instalando redes de distribución de gas natural para uso comercial y particular.

En las cumbres europeas, a menudo, se tratan temas demasiado abstractos. España debe liderar una política energética común que priorice la importación de GNL de EEUU, obteniendo así energía más barata y limpia.

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