EEUU, China y la competencia por desarrollar 5G
La pugna por liderar la tecnología 5G enciende el enfrentamiento entre el gobierno chino y el estadounidense
La competencia y batalla por desarrollar la próxima generación de banda ancha móvil (5G) está servida. Los partidarios del 5G prometen que será más rápido, alcanzará un mayor porcentaje del territorio y tendrá una señal más potente, capaz de atravesar obstáculos físicos.
Los hogares inteligentes con múltiples electrodomésticos (neveras, alarmas, televisiones) conectados a Internet ya son una realidad.
Para avanzar hacia las ciudades inteligentes, el 5G promete mayor facilidad para que más aparatos se conecten a la red, lo que se denomina el Internet of things (IOT). Según Forbes, en 2018 ya hay 11.000 millones de aparatos conectados a Internet.
La previsión de Ericsson es que serán 18.000 millones en 2022, y la multinacional sueca afirma que este año ya hay más aparatos conectados al IOT que teléfonos móviles a nivel mundial.
Con tanto potencial, no es de extrañar que las principales potencias jueguen sus bazas para liderar el desarrollo del 5G.
El 5G es el epicentro de la nueva guerra económica mundial. EFE
Una guerra económica
Entre los objetivos de los aranceles que ha anunciado Donald Trump contra China está castigar a Beijing por las transferencias forzosas de tecnología y robo de propiedad intelectual a empresas de EEUU.
Como condición para realizar una alianza con una empresa china de cara a entrar en el mercado de la segunda economía mundial, Beijing a menudo obliga a la empresa extranjera a transferir tecnología.
China emplea medidas como las transferencias forzosas de tecnología y el robo de propiedad intelectual
También es indiscutible la falta de respeto de China por los derechos de propiedad intelectual y el robo de datos mediante ciberataques. En el documento titulado Made in China 2025, el gobierno chino pormenorizó su objetivo de dominio global en sectores estratégicos.
Washington está preocupada por el avance de China en semiconductores, redes inalámbricas e inteligencia artificial. A principios de año, incluso propuso que el propio gobierno de EEUU construyera y operara su propia red 5G.
Dicha idea fue rechazada, pero explica muchos vetos a adquisiciones o compras de paquetes de acciones de empresas estadounidenses u occidentañes por parte de empresas chinas o respaldadas por capital chino.
Donald Trump veta varias operaciones corporativas promovidas por China: se lo recomiendan los expertos de EEUU en inversiones internacionales. EFE
La respuesta estadounidense
Desde 1975 existe la Comisión sobre Inversión Extranjera en EEUU (CFIUS), un proceso en el cual 16 ministerios y agencias gubernamentales examinan una posible adquisición o inversión desde el punto de vista de la seguridad nacional y elaboran una recomendación que es sometida al presidente, quien tiene la última palabra.
Siguiendo el proceso de CFIUS, Barack Obama ya vetó la compra del fabricante alemán de semiconductores Aixtron por parte de capital chino.
Desde 2017, a raíz de recomendaciones de CFIUS, Trump ha vetado la adquisición de Qualcomm por parte de Broadcom, la compra de la empresa europea de mapas en tres dimensiones NV Here por parte de un consorcio chino liderado por Tencent, y que Lattice Semiconductor cayera en manos del grupo de capital privado chino Canyon Bridge, financiado en parte por Beijing.
Tanto Obama como Trump han vetado adquisiciones de empresas por parte de fondos asiáticos
Broadcom es una empresa de Singapur y su adquisición del fabricante de chips Qualcomm hubiera sido la mayor operación (121.000 millones de dólares) en el sector tecnológico de la historia. Pero CFIUS argumentó que sus nuevos propietarios estarían menos comprometidos en invertir en I+D+i en ámbitos como el 5G.
Mientras las grandes potencias y multinacionales pugnan por liderar el 5G, algunos expertos advierten que construir y operar el 5G será más caro que el 4G porque utiliza ondas de radio de mayor frecuencia que exigen más antenas y su conexión con redes de fibra óptica más extensas.