Alberto Garzón reivindica el comunismo antes de enterrarlo
El Partido Comunista cumple 40 años, pero se encuentra diluido dentro de la alianza de Izquierda Unida con Podemos, una estrategia impulsada por Garzón
La tecnología que está empleando Alberto Garzón para reivindicar el comunismo, vestido de sepulturero para proceder a su entierro, es bastante naif: “Se puede ser comunista y tener un iPhone”, sentencia para pretender hacer pedagogía de que defender a los pobres no obliga a ser uno de ellos. Ha tenido la amabilidad de comunicarnos que no está en contra de la propiedad privada, pero que no quiere una sociedad centrada en las ganancias y en el beneficio.
Su posición sobre la supervivencia de Izquierda Unida es clara. Ha impulsado dentro de la formación la necesidad de que se diluya en Podemos. En realidad, Alberto Garzón está jugando en este entierro con una muñeca rusa, una “matrioshka”, como féretro, como hacían los faraones. La primera capa es Podemos, dentro se esconde Izquierda Unida y en el siguiente sarcófago dormirá para siempre el Partido Comunista de España.
El papel de Garzón se reduce a sellar las muñecas internas para que solo sea accesible Podemos. En su gira fúnebre pretende que quede un buen recuerdo de las muñecas que ahora esconderá encerradas dentro de la única visible: el partido morado.
Garzón pretender hacer pedagogía de que defender a los pobres no obliga a ser uno de ellos
Naturalmente, en la crisis de Podemos, Garzón se ha alineado con el ganador, Pablo Iglesias. No ha regateado críticas a la posición de Iñigo Errejón.
En el obituario del PCE elogia el papel del partido durante la transición para, a continuación, critica el papel que jugó en ese periodo histórico. No lo dice así de claro, pero para él Santiago Carrillo fue un traidor que renunció a portar la bandera republicana y se limitó a decir sí a todo. Ni una palabra de lo que significó el eurocomunismo desde los años 70 y en donde la coordinación de las políticas de los partidos comunistas de España, Italia y Francia, descartando la obediencia a Moscú y desvinculándose del sistema soviético fue fundamental en el desarrollo de estas organizaciones.
Santiago Carrillo, Enrico Berlinguer y Georges Marchais firmaron un pacto histórico de independencia del Kremlin y probablemente les faltó tiempo con el derrumbe del sistema soviético para alcanzar mayores cotas de poder de sus respectivos partidos. Esta parte de la historia no cuenta en el relato de Alberto Garzón.
Para Garzón, Carrillo fue un traidor que renunció a portar la bandera republicana y se limitó a decir sí a todo
En sus conferencias de los últimos días, algunas con notable éxito de asistencia, como en la pronunciada en la Universidad Complutense, insiste en los errores de Santiago Carrillo y del PCE como una manera de demonizar disimuladamente la Transición de acuerdo con las tesis oficiales de Podemos, por cuya organización es diputado en el Congreso. Es una interpretación histórica a la que solo le interesa un buen recuerdo. ¿Se puede hablar de un comunismo domesticado y reivindicar la memoria de los abogados de Atocha?
Cuando se cumple el 40 aniversario de la legalización del Partido Comunista de España (PCE) Alberto Garzón realiza su gira para evitar una nueva demonización –“En nombre del comunismo se han realizado crímenes, pero también en nombre de Jesucristo”-, quizá en un intento desesperado de que el comunismo se entierre con dignidad y no sea arrojado sencillamente a una cuneta. Quiere sepultar al comunismo en tierra sagrada y pretende aliviar su conciencia por esta ejecución.
Alberto Garzón pactó en nombre de Izquierda Unida su integración en una coalición electoral con Podemos. El resultado fue una suma negativa. Los votos obtenidos por las dos formaciones unidas fue inferior al que habían alcanzado ambas por separado. Es verdad que no sabemos que hubiera ocurrido si hubieran seguido siendo candidaturas por separado.
La coalición de IU con Podemos fue una suma negativa
Alberto Carlos Garzón Espinosa es coordinador general de Izquierda Unida desde 2016. Curiosamente mantuvo un feroz enfrentamiento con Tania Sánchez Melero, portavoz de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, entonces partidaria de la confluencia de Izquierda Unida con Podemos. Perdió la batalla y abandonó la coalición para tiempo después incorporarse a Podemos y obtener un escaño en el Congreso de los Diputados.
Entonces, Tania Sánchez Melero era compañera sentimental de Pablo Iglesias y llegó a tener una posición importante dentro de Podemos. Alberto Garzón y Tania Sánchez Melero se han reencontrado. Solo ha sido cuestión de tiempo.
Frente a los intentos de Alberto Garzón de diluirse en Podemos se sitúa Gaspar Llamazares, ex coordinador general de Izquierda Unida y en la actualidad líder de la corriente Izquierda Abierta. Llamazares reivindica la vigencia de Izquierda Unida y su autonomía política.
Como si hubiera adivinado o conociera la gira que en la actualidad realiza Alberto Garzón, en una entrevista publicada por El País el 18 de enero, acusaba de soberbia a quienes denuncian la Transición como una traición a la democracia.
Llamazares reivindica la vigencia de Izquierda Unida y su autonomía política
Es el último dique para formalizar el entierro de Izquierda Unida en Podemos y la reducción del espacio de la izquierda al PSOE y a Podemos embarcados en un desencuentro de difícil retorno.
Gaspar Llamazares no descarta su intento por sustituir a Izquierda Unida si desaparece formalmente, porque sostiene que ese espacio político sigue existiendo. Ni el PSOE ni Podemos pueden integrar a quienes siguen pensando que hay lugar para una izquierda no populista diferenciada tanto del partido socialista como del que lidera Pablo Iglesias.
Las encuestas apuntan a que el ‘contrasorpasso’ se lo va a dar el PSOE a Podemos
En plena Semana Santa el coordinador general de Izquierda Unida realiza su particular vía crucis, portando el féretro en donde el mismo ha introducido el cadáver del partido que lidera. Es pronto para realizar un vaticinio sobre el final de esta historia. De momento, las encuestas apuntan a que el contrasorpasso se lo va a dar el PSOE a Podemos. Pero hay que estar muy pendientes de las primarias del partido socialista para conocer si lo que apuntan las encuestas es un deseo de los votantes socialistas o una realidad que pueda encabezar Susana Díaz.