Al margen de la ley, ¡Homs Dixit!
Escuchar a Francesc Homs decir que el Gobierno de España podría “estar al margen de la ley” coloca al portavoz del Govern català en su nivel más habitual. Aunque algunos pensamos que recurrir el 9N podría ser un error por parte del Gobierno de Rajoy, eso no significa precisamente saltarse ninguna ley. Y decir que colocaría al Gobierno fuera de la ley es ya un exceso verbal.
Suponemos que estaría todavía más fuera de la ley tener una sede embargada o un Presidente y fundador reconociendo delitos con su familia encausada. Quizás no fuera de la ley, pero sí de la vergüenza ajena es tener un Govern paralizado, obsesionado con salir en los libros de historia, en vez de gobernar.
Es el planteamiento que cualquier ciudadano puede ver. Cualquier ciudadano menos Homs, ¡claro!. Ya sabemos que el personaje, seguramente, estaría abandonado en cualquier esquina si no se hubiera dedicado a la política. Como decían los rumores siempre fue el chico de los recados.
Pero de verdad no sufran porque Francesc Homs no da para una columna. La indiferencia es la mejor respuesta a ciertos personajes grotescos. A lo que estoy dando vueltas, de nuevo, es a las cifras. Me sorprendió hace unos días leer de fuentes del govern –el propio Artur Mas– enmarcar el éxito de la consulta en 1,8 millones de votantes. Pensé si era la enésima tomadura de pelo o, peor aún, la preparación para proclamar el más absoluto éxito de la ridiculez de algunos personajes del Govern.
Tenemos un censo de votantes de aproximadamente 5,4 millones de personas y el President considera un éxito que vayan a votar –en su país imaginario hipermovilizado por la causa– un 33% de la gente. Perdonen, pero es ridículo. Las independencias mueven un mínimo más de un 80% de la población. Siempre hemos dicho que al final los números pondrán en evidencia el proceso. Recuerden que nunca salieron dos millones de personas a la calle, por mucha TV3 y medios subvencionados afines que lo proclamaran.
Más ridículo aún parece disponer del lacrimógeno Oriol Junqueras. Su partido con una propuesta de DUI salida como última opción podría ser votada, en el caso más optimista, según el cocinado CEO (Centre d’Estudis d’Opinió) por un 20% de los ciudadanos.
Actualmente, por si alguien se ha olvidado, los dos únicos partidos que llevaban en su programa la independencia apenas alcanzan un 15% del Parlament. Ya saben que CIU es especialista en decir una cosa y hacer otra. Y total donde dijo una cosa ahora dice independencia. Esto no es como dice Homs al margen de la Ley, sino peor aún al margen de la vergüenza ajena.
Total, ya me dirán los espadachines del Turull, Rulll o Rovira cómo van a explicar al mundo que su ansiada independencia se apoya en un referéndum butifarrilla –con dinero público– con un máximo del 30% –y somos optimistas–, o unas posteriores elecciones con cifras similares. ¿En qué cabeza cabe que un 30% es la mayoría de un poble?. Seamos francos, fuera de las dictaduras, un 30% es un porcentaje necesario para negociar, pero no válido para imponer. Y algunos, sólo saben imponer.
Al final, los números, como siempre hemos dicho, serán los que pongan a cada uno en su lugar. Aunque como siempre hemos reiterado, algunos con unos tics más propios de otros tiempos no van a saber asumir la decisión del pueblo. Igual que no nos han dejado votar en unas elecciones –que Mas siempre ha podido convocar, pero que no lo hace porque le echarán a patadas–, van a hacer lo imposible para perpetuarse en el poder.
Y no por ganas de mejorar, sino como cualquier corrupto –tan de moda estas semanas– por seguir viviendo del dinero público. Ha sido su único fin todos estos años, tanto en la política, como en los medios. Son unos tipos extraños. Si alguien analiza cómo han manejado el dinero público estos años, sí que veríamos a más de uno al margen de la ley.