Agrupació Mútua y RACC, un buen matrimonio
“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” (Víctor Hugo, 1802-1855)
Hoy sábado, en Barcelona, una institución económica con mucha tradición en la ciudad se juega su futuro. Quizá cuando alguno de ustedes lea este artículo ya se sabrá si Agrupació Mútua decide convertirse en sociedad anónima y aceptar la oferta de compra que el RACC y la aseguradora francesa ACM han lanzado.
La de Agrupació Mútua es una historia reciente salpicada de momentos turbios, oscuros y definitorios de una forma de hacer muy catalana. Y no porque Fèlix Millet fuera el presidente de la entidad en los años previos a su intervención por parte de la Dirección General de Seguros. No. En su gestión han existido tantos claroscuros y tanto clientelismo político que aunque la memoria es frágil algunos todavía recordamos. Fueron sus directores generales José Luis Torra y Jordi Conejos. Ninguno de ellos dejó buen recuerdo en la entidad. En unos casos por ese complejo megalomaniaco que les llevó a administrar la institución como una aseguradora cualquiera, en otros por su deriva inmobiliaria y, en consecuencia, la circulación de proyectos, comisiones y otras prácticas poco adecuadas a lo que exigen los principios de responsabilidad en la gestión y en el buen uso de los recursos ajenos.
Pero dicho esto, y para aquellos que siempre vislumbran en estos artículos una apisonadora, confieso que tanto el Estado (a través de la Dirección General de Seguros) como el RACC, que impulsa la oferta de compra, han hecho un buen trabajo en Agrupació Mútua. Es por tanto una buena noticia para los mutualistas (unos 250.000), para el sector y para el territorio.
¿Qué pasará a partir de ahora? Pues parece que los nuevos compradores (RACC y ACM) están dispuestos a mantener Agrupació Mútua independiente, que seguirá la gestión actual y se conservarán las señas de identidad de una entidad que data de 1902. Los empleos están garantizados y los que serán nuevos propietarios consideran que con independencia de las aventuras inmobiliarias de antaño, el negocio de seguros personales está bien llevado y que la intervención pública ha garantizado una continuidad impecable. Las sinergias con RACC Seguros, más especializado en bienes personales, son obvias y pueden beneficiar a todo el conglomerado.
Aunque el RACC (30%) y su director general, Josep Mateu, ha llevado el peso de la negociación, la mayor aportación de capital (hasta 200 millones) la harán los franceses (60%). En favor de ACM juega que es una aseguradora filial de Crédit Mutuel y, por tanto, conocen bien el espíritu mutualista, también próximo a la filosofía del club automovilístico. De hecho, los mutualistas de la Agrupació se convertirán en nuevos accionistas de la sociedad (de 5% a 10%). La presidirá Alain Schmitter, un representante del nuevo accionista francés, y su secretario será el propio Mateu.
En definitiva, una buena opción que conserva lo esencial y reconvierte una mutua de forma más brillante que se han transformado muchas cajas de ahorros en este país. ¡Qué tengan suerte!
Tratamiento semanal:
Supositorio matinal > Hemos desvelado esta semana que el pliego de condiciones de la privatización de Aigües Ter-Llobregat ya obra en poder de la madrileña Canal de Isabel II. Mal empieza la Generalitat esta venta si incumple requisitos de transparencia e igualdad de oportunidades exigibles en un proceso de estas características. Tras publicarlo hemos recibido un sinfín de comentarios sobre vinculaciones, intereses… No les damos pábulo, pero sería mejor que el proceso sea realmente higiénico en ese ente público. Dicho queda.
Supositorio nocturno > Ferran Rodés se ha echado al monte. Presidirá el diario Ara tras quitarse de en medio a su principal promotor, el responsable de Cultura 03, Oriol Soler. Habrá una nueva ampliación de capital a la que parece que acudirán principalmente los dos grupos empresariales más activos con ese rotativo: Rodés y Carulla. Media Barcelona todavía se pregunta sorprendida por el interés de Rodés en este proyecto editorial y, por supuesto, si su renovada apuesta va a empeorar aún más las ya maltrechas relaciones de los dos accionistas de referencia con el todopoderoso editor Javier Godó.