¿Agoreros o realistas? Las deudas excesivas no se pagan
La Cambra de Comerç, que preside Miquel Valls, ha dibujado un escenario muy positivo para 2016. El crecimiento de la economía catalana va viento en popa. También la economía española en su conjunto, aunque el modelo productivo apenas se ha modificado, y el paro sigue siendo inasumible.
El viento de cola existe. El precio del petróleo ha descendido, el euro se ha devaluado respecto al dólar y los tipos de interés, gracias a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), se mantienen al mínimo. Pero existen riesgos. Son los mismos que algunos ‘agoreros’ han señalado en los últimos años, y que se manifiestan con más crudeza en estos momentos.
Uno de los grandes riesgos llega desde los países emergentes. El dato es concluyente, aunque no queramos darnos cuenta: en los años 80 los emergentes, incluyendo a China, representaban el 36% del PIB mundial. Pero ahora significan el 60%. Por tanto, lo que les ocurra impacta con mayor fuerza a todas las economías.
En Economía Digital destacamos la voz del economista canadiense William White, que ya alertó en 2007 sobre la crisis de las subprime. White no es un economista más. Es presidente del Comité de Revisión y Desarrollo Económico de la OCDE y ex economista jefe del Banco de Pagos Internacionales.
En España ha mantenido esa línea Santiago Niño Becerra, pero también ha señalado que sería necesario una reestructuración, como ocurre en el ámbito empresarial, el economista Antón Costas, hoy presidente del influyente Círculo de Economía.
En el ámbito internacional quien sostiene que en 2016 se podría asistir a impagos soberanos es Carmen Reinhart, profesora de la Universidad de Harvard, y coautora, junto a Kenneth Rogoff del ya clásico Esta vez es distinto. Ocho siglos de necedad financiera (FCE). Según Reinhart la situación puede ser muy complicada en países como Venezuela, Nigeria y estados de Oriente Medio. También Ecuador, que ha dependido de forma notable de la financiación que le llegaba de China.
Otro ejemplo lo muestra Philip Coggan, periodista de The Economist, autor del brillante Promesas de papel. Dinero, deuda y un nuevo paradigma financiero (El Hombre del Tres). Coggan constata, ya en las primeras páginas, que las deudas nunca se pagan. Que las deudas excesivas, históricamente, se reestructuran.
Más tarde o más temprano eso podría suceder. Ahora bien, para muchos son unos agoreros. Veremos, en todo caso, si se cumplen las buenas perspectivas que señala la Cambra de Comerç, contando que nuestras empresas exportan cada vez más, y ello tiene una contraprestación: es necesario que los potenciales compradores sigan en pie.