Adiós al plan de pensiones
Entre las líneas de la política de Escrivá se encuentra un desincentivo a los planes de pensiones, lo que parece inconprensible y un tiro en el pie
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, debido al prestigio acumulado al frente a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) fue recibido por la España razonable con alboroto cuando fue nombrado miembro del gabinete. Pobre Escrivá, si pudiéramos escudriñar su cerebro sería fascinante saber qué opina de sus compañeros de Consejo de Ministros y qué le parece lo de que su negociado lleve por nombre lo de Inclusión y Migraciones, seguramente por eso de que si es solo de Seguridad Social alguien lo relacionaría con Pepe Solís, la sonrisa del régimen.
Pocos días después de que Macron aprobará por decreto la reforma de las pensiones en Francia, después de meses de batalla campal por todo el hexágono y quizás pensando en la primera vuelta de las elecciones municipales y en su opa a la derecha gaulista, Escrivá, el hombre al que se aferra la CEOE, el IBEX y cualquiera con dos dedos de frente, el hombre que uno se imagina es que es el paño de lágrimas de Nadia Calviño frente a las insensateces de Yolanda Díaz y el resto de incautos gobernantes, compareció en el Congreso para presentar las líneas maestras de su política.
Lo más preocupante y decepcionante fue lo que apuntó sobre los planes de pensiones y el argumento de su disertación. Según Escrivá, los planes de pensiones son un producto que pueden financiarse los ricos y, por lo tanto, no tiene sentido que tengan un trato fiscal favorable.
El apriorismo de Escrivá desmiente que este Ministro sea el hombre accesible para la España razonable en un Consejo de Ministros de pesadilla dado que, según datos de Inverco, el patrimonio medio invertido en planes de pensiones ronda los 10.000€ ¡Vaya ricos más pobres tenemos en España¡ Además la desgravación máxima de los planes de pensiones, establecida en 8.000€ anuales, desmiente que ese sea un producto para ricos. Si los ricos solo desgravan 8000€ al año España está a las puertas de una revolución.
De la intervención de Escrivá, algunas de las líneas de trabajo que puso sobre la mesa no suponen novedad alguna y las podría suscribir un gobierno de cualquier partido, excepto quizás, uno de Podemos en monocolor. La pretensión de retrasar la edad de jubilación es una aspiración de todo Ministro del ramo que se precie; y dificultar las prejubilaciones para evitar traspasar cargas sociales de las empresas a las arcas de la Seguridad Social parece también algo de consenso general.
El desincentivo a los planes de pensiones es, en cambio, incomprensible y supone pegarse un tiro en el pie por parte del Estado. España es uno de los países de la OCDE con menos aportaciones a planes de pensiones, 32 puntos por debajo de la media, y eso hace que la dependencia de las personas mayores de la acción del Estado sea mayor y por lo tanto más gravosa para el conjunto de la sociedad.
Una desventaja para la banca
Los planes de pensiones suponen actualmente el 65% del coste de las pensiones en nuestro país. Y eso, lejos de reducirlo, hay que potenciarlo. Además, el castigo a esos planes supone un hándicap para la banca que ya sufre dificultades para enfocar su futuro y pone en riesgo a un sector clave en la estabilidad del empleo en España.
Escrivá alegó que hay que potenciar los planes de pensiones colectivos, pero el nuestro es un país de micropymes, empresarialmente muy atomizado y con gran mortalidad empresarial con lo que establecer planes de pensiones colectivos, y presenta grandes dificultades. Difícilmente los titulares de planes privados realizarán trasvases a fondos colectivos dado que el empleo o las empresas no son para toda la vida.
Según datos de Inverco, el patrimonio medio invertido en planes de pensiones ronda los 10.000€
Los ahorradores en planes de pensiones no son ricos, son autónomos y personas que realizan un esfuerzo para ahorrar ante la desconfianza frente a un sistema que mes a mes se presenta más inviable frente a la inacción de quienes deberían afrontar el problema y realizar reformas. Esa inacción de los políticos y preocupación por el futuro es la mejor herramienta de marketing de los planes de pensiones.
Ojala Escrivá sea ese Ministro razonable, tal como todo el mundo espera, y la reforma no se haga a costa de los de siempre, tachados como ricos cuando en realidad son los que pagan la fiesta de privilegios de los verdaderamente favorecidos por las decisiones políticas: los trabajadores públicos con sus menos de 40 horas, incrementos blindados y todo tipo de beneficios.