¿Ada Colau es independentista?
Un diálogo articulado por Miquel Porta Perales deja en evidencia las contradicciones de Ada Colau en su relación con el 'procés'
A Te digo que no. Ada Colau no es independentista. Toma nota de lo que dijo ya en 2014: “no he sido nunca independentista, pero el 9N me planteo votar sí-sí, una oportunidad de radicalidad democrática”.
B Pero, si ese mismo año se declaró a favor de un “proceso destituyente de este régimen que estamos denunciando para empezar realmente a decidir las reglas de juego entre todos y todas” y “si es necesario hay que recurrir a la desobediencia civil para ejercer la democracia”.
A No hagas trampas. Ella aclara que “no me ha interesado en la vida crear nuevos estados” y no cree en “el cuento ese de primero la independencia, luego ya arreglaremos el resto”.
B Ya. Entonces, ¿por qué vota sí-sí?
A Ella misma lo aclara: porque hay “un movimiento popular en Cataluña que está reclamando más y mejor democracia”.
B ¿Únicamente por eso? Despierta: en 2015 recuerda el compromiso “firme e irrenunciable” de BComú por el “derecho a decidir” de los catalanes para definir su relación con España, desde el “respeto”, pero “libremente”.
A Son las palabras de una demócrata sin tacha.
B Y por eso, después de afirmar que “no tenemos la competencia para declarar la independencia” añade que “Barcelona estará comprometida, es la capital de Cataluña y estará con el pueblo para que pueda ejercer el derecho legítimo a decidir su futuro”.
A Pues, sí, una demócrata sin tacha.
B Te cacé. Recuerda lo que dijo tras las municipales de 2015: “nosotros no solo no somos un palo en las ruedas del proceso, sino que somos un aliado real del proceso… [damos] pleno apoyo al proceso”.
A Pero, eso lo dijo después de unas elecciones en que no obtuvo una mayoría suficiente para gobernar la ciudad y buscaba el apoyo de ERC. Recuerda que no se adhirió a la hoja de ruta diseñada por CiU y ERC.
B Pero, acto seguido apoya la manifestación del 11S y propone un “proceso constituyente que permita ampliar el marco de la soberanía real”. Dice que Barcelona “es la capital de Cataluña, por lo que no puede estar al margen; hay que estar al lado del proceso impulsado por la ciudadanía desde la pluralidad y con matices”.
A Pues, eso: pluralidad y matices.
B Venga, anota el matiz de Colau: “este gobierno municipal siempre estará al lado de lo que democráticamente decidan los vecinos de la ciudad y el pueblo de Cataluña, sea en estas elecciones [autonómicas de 2015], en un referéndum, o en cualquier cita democrática que se plantee”.
A Sí, acepto el matiz.
B Todavía hay más matices: Barcelona estará “al lado de cualquier proceso constituyente, soberanista, que permita avanzar en derechos y democracia y en la posibilidad de que Cataluña pueda hacer finalmente un referéndum” que se hará “tarde o temprano”. A ver, ¿te suenan estas palabras?
A Sí. Pero, te recuerdo que tras la aprobación en el Parlament de la ley del referéndum y la ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la república, advirtió de que la crisis que vive Cataluña “no puede solventarse de una manera fácil y rápida, anteponiendo el fin a los medios”.
B Pero, votó en el referéndum ilegal del 1O, que definió como “ilusionante y esperanzador”, y aplaudió el discurso de Carles Puigdemont en el Parlament el 10 de Octubre con estas palabras: “Gracias Puigdemont por apostar claramente por el diálogo y la mediación”.
A Tercera vía. ¿No lo entiendes? Cuando llega el 155 escribe: “No en mi nombre: ni 155 ni DUI”.
B ¿Tercera vía? Por eso, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona (noviembre 2017) aprueba una propuesta de ERC que reconoce como “el Gobierno legítimo de Cataluña” al del depuesto Puigdemont tras la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre.
A Lo que quieras. Pero, no es menos cierto que Colau también afirmó que es necesario que “las instituciones funcionen al máximo rendimiento y no al mínimo, como ya hace años que está pasando en el caso de la Generalitat”.
B ¿Y el lazo amarillo que cuelga del balcón del Ayuntamiento de Barcelona?
A Lo hace por “coherencia”.
B ¿Has dicho por coherencia?
A Tranquilo. Ella misma lo aclara. Lo hizo por “mantener nuestra política sobre la judicialización, sobre una situación injusta”. Y añade que “el lazo no lo retiramos nosotros, sino la Junta Electoral”.
B Ahora lo entiendo.
A ¿Entonces?
B No puedo aceptar a Colau como demócrata de compañía.