Acuerdos bajo cuerda
El ejecutivo catalán y el español están interesados en aparentar discrepancias aunque estén obligados a entenderse
Al haberse levantado tanta polvareda sobre el encuentro entre Pedro Sánchez y Quim Torra, los equipos de ambos presidentes afinan el mensaje que más le conviene a cada uno en vez de bucear en los posibles acuerdos.
Mucha galería. Reiteración del desencuentro. Las nueces, que las habrá, no saldrán en la foto.
Yerra quien se ponga trascendental. Sánchez está obligado a negar las dos cosas que Torra le va a exigir. No al referéndum, porque no cabe en la Constitución. No a la libertad de los presos porque no es competencia del ejecutivo.
Diálogo sí, pero no sobre lo fundamental
Diálogo sí, pero no sobre lo fundamental. Tampoco sobre terceras vías, como la que el Círculo de Economía preconiza con audacia digna de mayor crédito. No en la presente legislatura. Nada de última oportunidad.
El procés, sin fecha final
El contencioso catalán va para largo y ha entrado en fase de tregua, aunque parte del soberanismo se emperre en negarlo.
Mientras el president niega la mayor –que no hay más cera que la que arde— su Govern ha reactivado las comisiones bilaterales entre las consejerías y los ministerios correspondientes. Los presos son trasladados a prisiones catalanas por decisión de Sánchez.
El ministro de Fomento anuncia mayores inversiones en Cataluña. Una cierta normalidad se impone por su propio peso.
Sin embargo, nada va a cambiar la escenificación del desencuentro en lo fundamental. Ninguno de los dos dispone de margen de maniobra, so pena de incurrir en traición de lesa patria.
Sánchez está inmovilizado por el combinado PP–C’s y la prensa afín, que le salta a la yugular incluso inventando pactos inexistentes con los independentistas.
Mientras tanto, Torra está maniatado, más que por sus graníticas convicciones, que también, por el conglomerado Puigdemont–ANC–CUP, o sea el sector del independentismo que no se apea de la quimera de construir república a pesar de no disponer del más mínimo instrumental para tal fin.
CDR y ANC: o desobediencia o abstención
Con los presos en Cataluña, bajo custodia de la Generalitat, los CDR y la ANC se van a topar de bruces con el dilema entre ser consecuentes con sus prédicas y exigir a Torra que desobedezca y les libere o dar implícitamente la razón a ERC y al PDECat y abstenerse cualquier acción reivindicativa en este sentido.
Es probable que la ANC desista y trague con el diálogo
Lo más probable es que desistan y traguen con la doble humillación de un president carcelero por cuenta del opresor. Lo que sea para no poner en evidencia a Quim Torra, que en ningún caso está dispuesto a correr el menor riesgo de saltarse las leyes españolas.
Con las respectivas cartas descritas de navegar, la previsión más realista arroja un desenlace contrario a la otrora famosa reunión entre Suárez y Tarradellas, cuarenta años atrás. A la salida, el president en el exilio espetó que se habían entendido de maravilla a pesar de no ser verdad.
Sánchez necesita una imagen de control y firmeza
Ahora Torra está poco menos que obligado a decir que no se han entendido aunque no sea cierto o no lo sea por completo. A Sánchez tampoco le vendrá nada mal una imagen de firmeza frente a la insistencia soberanista en la autodeterminación.
Más allá de la foto final, con Sánchez esbozando una sonrisa frente a un Torra con cara de palo, al Estado y al Gobierno les conviene que la Generalitat funcione como autonomía y al Govern le conviene disponer de margen de financiación y de maniobra.
En eso coinciden, pero no les sale políticamente a cuenta proclamarlo. Ni siquiera admitirlo.
Aparentar discrepancias, aunque sean falsas
Al contrario, su deber es mantener la hostilidad pero cuidando mucho de no volver a las hostilidades. No sería de extrañar que el vicepresident Pere Aragonés diera alguna muestra de pragmatismo complementario presentando una hoja de reclamaciones concretas y plausibles.
Tampoco cabe descartar que Sánchez o alguno de sus ministros se saque un conejo de la chistera en forma de concesión o traspaso para alentar el autonomismo.
El apoyo de los independentistas, clave para el control de RTVE
Al fin y al cabo, el PSOE sigue necesitando el apoyo de los dos partidos independentistas catalanes y del PNV en asuntos como la toma del control de RTVE y los retoques en los presupuestos.
Al fin y al cabo, a los tres partidos que defenestraron a Rajoy por miedo a Rivera no les conviene hundir a Sánchez, so pena de inclinar de nuevo la balanza del poder del lado de Ciudadanos.