Acciona y Artur Mas deberán explicar algún día una misma vergüenza

Acciona ha anunciado a los sindicatos que una de sus filiales (Acciona Concesionaria) está pensando en trasladar los trabajadores a una nueva sociedad (Acciona Operadora) para que sigan haciendo lo mismo que hasta ahora: la gestión de las aguas catalanas en la histórica Aigües Ter-Llobregat.

Acciona no tiene medida, ni parece que vergüenza empresarial. No sólo impaga los impuestos (entre 30 y 40 millones de tributos puramente catalanes, los llamados ITP y AJD), que ya es para echar una lágrima, sino que después de ganar de forma torticera la gestión de las aguas del país se permite el lujo de mofarse de los ciudadanos primero y de los trabajadores después.

José Manuel Entrecanales sólo viene a Barcelona a figurar en algún ágape de postín. Sea un Puente Aéreo o, con algún otro miembro de su familia, al civet de Luis Conde en Fonteta. Arremangarse y trabajar en el territorio debe ser para él una especie de vergüenza inasumible. Si los independentistas idealizan a una persona indeseable para Catalunya, esa debería ser la figura del presidente de Acciona, que se orina en la pechera de los gobernantes primero, luego en la de los trabajadores y, finalmente, en la de los ciudadanos a los que nos ha usurpado el agua por no se sabe qué extraño cambalache todavía inexplicado.

 
Nadie se extrañaría de que Mas le pida trabajo a Entrecanales después del despropósito de ATLL

Si Artur Mas fuera un independentista de verdad y no un presidente mesiánico y despistado (por decirlo fino) ya le habría hecho caso a la justicia y hubiera revertido la concesión de las aguas catalanas. ATLL no puede estar un minuto más en manos de Acciona porque cada segundo que pasa nos insulta la inteligencia. ¿Cómo se atreve a darle sin justificación las aguas catalanas a una empresa madrileña (no por su origen, sino por su actuación) tan oscurantista? Sólo por algún tipo de extraña razón que nadie entiende hoy y que la justicia ya ha calificado de inaceptable.

Siga así amigo Mas. Seguro que Entrecanales se lo agradece, pero jamás sus votantes se alegrarán de esta gestión. Usted, cuando vuelva al sector privado por el escozor de las quemaduras políticas que sufre podrá pedirle trabajo. Ya sería el paroxismo, pero tampoco nadie se extrañará después de las cosas que el presidente de los catalanes ha llevado a cabo en los últimos meses. ¡Al final, se trata únicamente de una más!