¡A por Sánchez!
El domingo Madrid rugirá, y en las próximas semanas veremos si el rugido basta como para que ERC y Pdecat se espanten lo suficiente
Pedro Sánchez se ha convertido en el único obstáculo serio para que dé comienzo un largo período de domino de la derecha sobre España. Si cae Sánchez, las expectativas de la izquierda, de cualquier izquierda, consistirán en oponer resistencia, no en presentar políticas con posibilidad de gobernar.
La derecha que espera, la que ruge impaciente no es, ni mucho menos, la de la primera legislatura de Aznar, ni siquiera de la segunda. De camino hacia las elecciones del 2004, el expresidente se pasó de la raya con su descabellada política internacional, la que condujo a desmarcarse de Europa para ‘participar’ en la Guerra de Irak. El correctivo fueron las casi dos legislaturas de Zapatero, el anodino al que sobrepasaba cualquier acontecimiento.
Pablo Casado sabe que sin Vox nunca va a gobernar
Luego vino Rajoy, Rajoy ni fu ni fa, que se escoró bastante hacia el centro, hasta que quedó atrapado entre las demandas europeas de conciliación con Cataluña y la exigencia de intransigencia que iban mucho más allá del círculo de sus correligionarios.
La derecha que ahora pretende cargarse a Sánchez para dominar y domeñar España, está tan lejos del centro como es posible. No sólo por ideología sino por cálculo. Pablo Casado sabe que sin Vox nunca va a gobernar.
Y sabe también otra cosa, que el sorpasso de Rivera anda cerca. Es cuestión de tiempo. Por eso se afana con tanto ahínco para aprovechar su ventana de oportunidad, que consiste en ir a elecciones ya.
La tensión social y política puede azuzarse hasta el rojo vivo pero durante un corto período de tiempo
En efecto, si Sánchez sobrevive a su error del ‘relator’, Casado habrá quemado sus mejores cartuchos sin resultado alguno. Del mismo modo que, tras un largo y doloroso viaje van aprendiendo los líderes del independentismo catalán, la tensión social y política puede azuzarse hasta el rojo vivo en un momento dado, pero solamente durante un corto período de tiempo.
Estamos pues ente un pico insólito de tensión. Si no consigue tumbar el objetivo y plantarle ante las urnas en poco tiempo, la tensión disminuirá por su propia naturaleza ondulante.
En efecto, el próximo domingo, Madrid rugirá, pero puede que el tigre funambulista no caiga. Eso no depende de la intensidad de los rugidos sino de quienes desde Cataluña provocan los rugidos.
Sánchez es un maestro del funambulismo. A fin de descargar algo de la tensión emocional ocasionada por la concesión, innecesaria para sus intereses, del ‘relator’, se fue a Estrasburgo a defender España y sus tribunales.
Si cae Sánchez, cae todo el entramado de poder del PSOE
No bastará. Puede que el error del ‘relator’ le proporcione el tan ansiado salvavidas que prolongue su estancia en La Moncloa hasta finales del presente año. Chi lo sa.
Renace la primera coalición que le prohibió pactar con los independentistas y aupó así a Rajoy. Luego le echaron de la Secretaría General, pero entonces tenían un recambio llamado Susana Díaz.
Ahora no. No se puede poner a un perdedor de cabeza de lista. Si cae Sánchez, cae todo el entramado de poder del PSOE, y por largo tiempo, salvo algún que otro presidente autonómico. Pero el mando está en Madrid, cada vez más en Madrid y menos en las taifas.
Esta condición de Sánchez como último baluarte del socialismo y la posibilidad de alternancia es lo que frena a muchos de sus compañeros de discrepar más abiertamente. Incluso miembros del gobierno como Borrell se muerden la lengua.
Las críticas de Felipe González, son mucho menos contundentes de lo que podrían ser precisamente por eso, por la falta de recambio y las negras perspectivas para el PSOE si cae el gobierno.
Sánchez, el funambulista erigido en último bastión, es un experto en resistir. Nadie salvo él mismo puede saber si actúa por convencimiento personal o porque está convencido de que ésta es su única opción. Para el caso es lo mismo. El funambulismo es oficio de temerarios y temeraria es su concesión del ‘relator’.
Se trata, como sabe todo el mundo, de una figura retórica, de forma y no de fondo, pero como ya les argumenté, Sánchez no disponía de margen ni siquiera para eso sin levantar una polvareda tan espesa que puede convertir el ambiente en irrespirable.
El domingo, Madrid rugirá, y en las próximas semanas veremos si el rugido basta como para que ERC y PDECat se espanten lo suficiente como para permitir la tramitación de los presupuestos. Como cualquier cabeza medianamente inteligente comprende, el futuro, no sólo del gobierno sino del socialismo, está en manos de los independentistas.
Las encuestas: a favor de Rivera
Si conceden a Sánchez lo único que pide, unos meses de prórroga, el PP se verá en serios apuros. Paradójicamente, dentro de la derecha, el beneficiario de la continuidad de Sánchez sería C’s.
El tiempo y las encuestas juegan a favor de Albert Rivera… a condición de que no se desmarque un milímetro del mayor rival de sus ambiciones monclovitas, o sea Casado.
Mientras, incluso más que Italia, España se va alejando del núcleo motor de Europa. En poco tiempo ha pasado de motivo de orgullo a causa de preocupación.