A pesar de las amenazas, hay que mantener el diálogo entre Bruselas y Washington
Los métodos de Trump son desafortunados, pero detrás de sus quejas suele haber algo de verdad
Las consecuencias de la aplicación de aranceles por parte de EEUU y las represalias adoptadas por los países afectados se empiezan a notar y poder cuantificar. En la reunión de ministros de Finanzas del G20, la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, presentó un informe según el cual las medidas proteccionistas restarán 0,5 puntos al crecimiento del PIB mundial en 2018.
Los agricultores del estado de Iowa perderán $560 millones sólo en el sector porcino en 2018. En 2017, la UE, China, Canadá y México importaron productos agrícolas de EEUU por valor de $74.500 millones, más de la mitad del total de las exportaciones agrícolas de la primera economía mundial.
Los ingresos netos del sector agrícola americano se han desplomado un 50% en un lustro
Dichos cuatro socios comerciales de EEUU ya han impuesto aranceles sobre exportaciones de soja, porcino, trigo, maíz, nueces, que afectarán especialmente a los estados de California, Luisiana, Washington, Texas, Illinois, Iowa, Kansas, Nebraska y Florida.
El precio de la soja ha descendido a su nivel más bajo en una década. Los ingresos netos del sector agrícola en EEUU se han desplomado un 50% desde 2013, en parte debido a la disminución del precio de los cereales. La asociación de la industria solar prevé que los aranceles sobre la importación de paneles solares destruirán 23.000 empleos en 2018.
La economía se resiente con los aranceles
Los principales índices bursátiles acusan cada anuncio o implementación de aranceles. Pero dichas cifras palidecen frente a las pérdidas de empleo que se producirán si Washington somete a las exportaciones de vehículos y piezas de la UE a un arancel del 25% y aplica aranceles por valor de $200.000 millones sobre exportaciones chinas.
El prestigioso Peterson Institute for International Relations vaticina que el arancel sobre vehículos provocaría la pérdida de 195.000 empleos en el sector automovilístico de EEUU en los próximos tres años.
El arancel sobre vehículos pondría en riesgo casi 200.000 puestos de trabajo en EEUU
Si los países afectados responden con sus propios aranceles, la producción de vehículos en EEUU disminuiría un 4% y desaparecerían 624.000 empleos. Las cámaras de comercio alemanas avisan que las plantas de Mercedes, BMW y Volkswagen en EEUU dan empleo a 160.000 estadounidenses y que el 60% de los vehículos manufacturados en dichas fábricas se exportan.
La fundación sin ánimo de lucro Tax Foundation pronostica que, si entran en vigor todos los aranceles prometidos, se restará $110.000 millones al PIB de EEUU y la pérdida de empleos ascenderá a 314.479.
La mayor asociación empresarial del mundo, la US Chamber of Commerce, advierte que 1,8 millones de estadounidenses perderían su empleo en el primer año de una guerra comercial, y otros 2,6 millones estarían en peligro.
La Asociación de Tecnología de Consumo y la Federación Nacional de la Industria Minorista calculan que los aranceles ya en vigor con China destruirán 134.000 empleos, 67.000 de los cuales en el sector agrícola. Dichas proyecciones pondrían los pelos de punta a cualquier político.
La advertencia de Trump
Los socios comerciales de EEUU deben tener en cuenta que las amenazas de Trump no son un bluff. Su oposición al libre comercio ya era parte de su discurso años antes de su candidatura presidencial. Trump es consciente de las pérdidas bursátiles, así como de las advertencias de las asociaciones y cámaras empresariales, los agricultores, líderes del Partido Republicano y los expertos.
A pesar de todas las medidas polémicas que ha anunciado en los últimos 18 meses, mantiene intacto el apoyo del 40% del electorado, que asciende a 80% entre los votantes republicanos.
El presidente está convencido que la tasa de paro más baja en 40 años (4%), un crecimiento del PIB del 2,8% previsto para 2018 y la reducción de impuestos le permitirán ganar las guerras comerciales.
Mientras el aparato del partido Republicano esté aterrorizado de ponerse en contra a la base de Trump, los socios de EEUU deben apostar por el diálogo por el bien de la economía internacional.
En la cumbre del G20, el ministro de Finanzas de EEUU, Steven Mnuchin, ofreció negociar un acuerdo para eliminar aranceles, barreras no arancelarias y subvenciones con sus socios del G7.
La postura de Bruselas
Francia respondió que no dialogaría bajo la amenaza de los aranceles sobre vehículos y sin previa retirada del arancel sobre el acero. Dicha postura, a pocos días de la visita del presidente de la Comisión Europea a Washington, es comprensible pero desacertada.
Los perjuicios causados a la UE por los aranceles impuestos sobre el acero son pequeños, e incluso los que recaerían sobre el sector automovilístico son asumibles. La Comisión comparte la oposición a las prácticas de China de exigir transferencias de tecnología a las empresas inversoras extranjeras y no proteger la propiedad intelectual.
EEUU cobra aranceles del 2,5% a automóviles de la UE; la Unión Europea a EEUU, un 10%
Los métodos de Trump son desafortunados, pero detrás de sus quejas suele haber algo de verdad: EEUU cobra aranceles de sólo 2,5% a automóviles de la UE, mientras que los 28 aplican un 10%. Ninguna potencia económica de la UE debe celebrar elecciones hasta 2019.
Trump está convencido que las pérdidas descritas no serán suficientes para que los Republicanos pierdan la mayoría en la Cámara de Representantes en noviembre. Aunque las intenciones de Trump a medio plazo son imprevisibles, la UE debe mantener todas las líneas de diálogo abiertas con Washington.