2012: Soberanía, crisis y oportunidades

Aunque aprovechar estos últimos momentos del año para hacer balance no deje de ser un tópico, debo reconocerles que me cuesta no cumplir con el manido ritual, que me resisto a no despedir este 2012 con un rápido repaso a lo que han dado de sí estos últimos doce meses.

Por no ser exhaustivo –dejo ese análisis de situación más riguroso y completo a colegas e instituciones más proclives a ello– me voy a centrar en las dos cuestiones que considero que han sido cruciales este año: la deriva soberanista emprendida en Catalunya y el agravamiento de la crisis política y económica que vivimos. Finalmente, pondré también bajo la lupa a nosotros mismos, a Economía Digital.

Si alguien hubiese afirmado en enero que Mas estaría donde ahora se encuentra habría sido tachado de loco o algo similar. A principios de año, reconozcámoslo, repasemos las hemerotecas, nada hacía prever que una cadena de errores, de decisiones equivocadas, pondría a Catalunya ante una senda que hoy parece irreversible y que conduce, si no se remedia, a un choque de trenes –en expresión querida al propio presidente de la Generalitat– de consecuencias imprevisibles.

Pero así es. El gobierno salido de las últimas elecciones autonómicas tiene cara de CiU, pero discurso y maneras de ERC –pura esquizofrenia en temas fundamentales como la política fiscal y presupuestaria a seguir–, y ha situado en el centro de su acción y preocupaciones una consulta en la que los catalanes ejercerán su “derecho a decidir”. Un derecho que desde que nos dotamos de una Constitución tenemos sin necesidad de que se nos recuerde. El problema es qué vamos a decidir, cómo y con qué consecuencias.

Situados en esta tesitura, y como eso pretende hacerse sin un acuerdo previo con ninguno de los dos partidos mayoritarios en España, los últimos coletazos de 2012 auguran un 2013 nada fácil y en el que el Estado de las autonomías surgido del consenso constitucional alumbrado en 1978 puede ser sometido a unas tensiones nunca vistas hasta ahora.

Durante 2012, la crisis económica, lejos de amainar, se ha hecho aún más profunda. Los recortes sociales del necesario ajuste fiscal están conduciendo a la pobreza o a situaciones muy difíciles a muchas familias. El propio Rajoy ha debido reconocer que los españoles están haciendo un esfuerzo titánico y ha advertido que aún debe continuar un tiempo más, aunque ha querido señalar un punto de esperanza a finales del 2013.

Ciertamente, la cura de adelgazamiento era necesaria. A fecha de hoy, nadie puede negar los excesos del modelo en el que tan cómodamente nos habíamos instalado. Pero asumir esto no significa aceptar que la política que se está haciendo sea la más justa. Los ciudadanos tienen una sensación creciente de que aquellos que tuvieron más responsabilidad en el desaguisado que condujo a esta crisis se están yendo de rositas o casi.

La debilidad y lentitud con que la mayoría, por no decir la totalidad, de los dirigentes políticos europeos se enfrentan a la crisis e intentan corregir los desmanes de determinados grupos es exasperante. No es de recibo que la situación de asfixia económica que vive una parte importante de la población conviva con sueldos estratosféricos, con privilegios económicos insultantes. Que aumente el IVA mientras se trasladan fuera de Hacienda ingentes cantidades de dinero gracias un dumping fiscal permitido y hasta a veces alentado. Esta situación ha agravado durante 2012 el descrédito de la clase política en general y no tiene pinta de evolucionar a mejor el próximo año.

Finalmente, nosotros. En este 2012, Economía Digital ha consolidado su presencia en Madrid, nuestra segunda sede, con la apertura de unas oficinas donde trabajan nuestros periodistas y colaboradores; hemos puesto en marcha una edición en Galicia, cuya presentación formal hicimos hace unas semanas y de la que les dimos cuenta; hemos arrancado la edición en inglés de 02B, la web dedicada a la industria turística, y en septiembre adquirimos la cabecera deportiva DiarioGol.com, en nuestro objetivo de abordar cualquier ámbito informativo desde una perspectiva económica.

Todo ello nos ha permitido más que triplicar el número de usuarios únicos que visitan nuestras publicaciones: Economía Digital cierra 2012 con casi 300.000 lectores distintos. En un escenario tan complicado, nuestra apuesta por un periodismo independiente y riguroso está teniendo una acogida que nos reconforta y nos hace sentir orgullosos de “la feina feta”. Seguiremos obviamente en esa línea en el 2013, trabajaremos aún más si cabe, porque creemos que la información es la garante de la transparencia sin la que no existe democracia.