Cada noche, cuando abrimos el programa La plaza, ponemos sobre la mesa los últimos datos que se han conocido y los sometemos al escrutinio de nuestros comentaristas e invitados por ver si podemos inferir alguna pista de por donde vamos en este vía crucis de crisis que estamos viviendo.
Lógicamente, los datos son muchos y las opiniones más. La misma cifra es tratada por algunos de los contertulios con un atisbo de esperanza y por otros como una muestra irrefutable de que las cosas no acaban de tirar. Por eso, La plaza es un debate y no una ratificación a mano alzada de la doctrina al uso que corresponda.
Tengo que reconocer, sin embargo, que en general los análisis acaban derrapando más hacia las conclusiones negativas que en sentido contrario.
Por darnos un cierto respiro, voy a señalar aquí algunas noticias que han sido, no obstante, más positivas de lo que muchos esperábamos:
En primer lugar, el coste de financiación de la deuda española. No me dejarán ustedes de reconocer que después de todo lo que se había dicho y las estúpidas comparaciones que habían empezado a circular entre España y Grecia, no ha sido un alivio ver como el Tesoro español ha captado en los mercados sin dificultad casi 12.000 millones de euros en apenas dos días. El miércoles colocaba bonos a 15 años por 5.000 millones y la demanda fue superior a los 14.000 millones, con un coste diferencial aproximado de 0,9 puntos respecto a la alemana. Y a 10 años, el diferencial se acortaba hasta los 0,8 puntos. Un diferencial, por cierto, que se ha ido estrechando conforme se alejaba la histeria de días precedentes.
En segundo lugar, y respirando por donde más nos duele, la publicidad en los medios ha tenido un comportamiento bastante más positivo en el mes de enero de lo que había venido ocurriendo en los meses anteriores. Amigos míos de diferentes medios de la prensa escrita me hablan de crecimientos de cerca de un 20% y una cierta vuelta a la alegría ante las perspectivas del año.
En fin, si ustedes quieren, optimismo cogido con alfileres, pero es viernes, la semana ha sido dura y he preferido preparar el fin de semana con un poco de aire, porque… ¿y si fuera verdad que lo peor ya ha pasado?