Querida Carmen, la importancia de la marca

Tras dos años en el mercado, la compañía de semicocinados gourmet está presente en 13 mercados con 11 productos distintos

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“Todo español conoce a una Carmen. Una abuela o tía abuela que cocina fantásticamente bien”. Esta es la base de Querida Carmen. La marca comercial de BCN Gourmet que ofrece comida semicocinada de alta gama a unos 20 euros el producto. “La idea original es de los seis accionistas catalanes que hay detrás de la inciativa. Un grupo de amigos que vio que en el mercado no existía un producto como el nuestro”, explica la consejera delegada de la empresa, Ana Guasch.

Un socio industrial, Ángel Bosch (ilerdense especialista en precocinados); los dos responsables de Vila Viniteca, Quim Vila y Francesc Martí; “y otros inversores particulares”. Como los hermanos Crous, Marc y Jana (hijos del principal ejecutivo de Damm, Enric Crous), o Francesc Xavier Beltran.

¿Qué clase de producto? “Soluciones culinarias para personas que no tienen tiempo de cocinar pero quieren disfrutar de recetas 100% mediterráneas. Completamente naturales, sin colorantes ni conservantes, y bajos en sal”, afirma Guasch. Y al ponerse manos a la obra hace dos años, dividieron el trabajo. Dejaron en manos de Angel Bosch la producción y las dos personas que están en plantilla, más los colaboradores y los propietarios, se centraron en dar forma a la marca.

Presencia internacional

“Cada socio subió al barco aportando su know-how”, asegura la directiva. Grandes padrinos que hicieron su trabajo. Este año ha ganado el prestigioso Laus de Oro en la categoría de packaging y etiquetas. Tienen 11 productos en el mercado y comercializan en 13 países distintos de todo el mundo. De hecho, Querida Carmen irrumpió en el mercado nacional y el internacional al mismo tiempo.

Cerraron el ejercicio 2011 con una facturación de 250.000 euros y este año esperan doblar la cifra de ventas. De todas ellas, el 80% se hacen fuera de España y tienen los ojos puestos en China, Estados Unidos, Singapore, Alemania y Qatar. Además, esperan lanzar en 2013 “nuevos productos que se harán colaborando con grandes cocineros”. Aunque no tienen ningún acuerdo cerrada.

Guasch es sincera: “Ahora toca recoger algo de lo que hemos sembrado fuera de España. Aquí picamos mucha piedra cada día”. El gran objetivo en el mercado nacional es mantener su presencia en los 300 puntos de venta actuales. Aseguran que parte de su éxito se basa en que tienen una relación muy cercana con los distribuidores. Casi todos, pequeños establecimientos de las capitales especializados en el gourmet. Su única experiencia en gran distribución se limita a los 70 Club Gourmet de El Corte Inglés. La directiva explica que otros marcas que comercializan productos similares “han entrado en una guerra de precios que ni podemos ni queremos entrar”.

Financiación propia

Los responsables de Querida Carmen reconocen que llegar aquí ha sido difícil. “Empezamos muy enfocados al negocio on line, pero nos redireccionamos hacia la tienda”. Y ahora se centran en establecimientos concept store, donde venden muchos productos y muy distintos, desde libretas a sofás o tenedores, y que ponen el acento en el diseño. Con todo, han tenido una gran ventaja respecto a otros emprendedores: no han requerido financiación externa. Les ha valido con el capital fundacional.

Para empezar, Guasch recomienda a todo el mundo la receta que se aplica ella: “Trabajar 24 horas al día y ser el mejor en lo que haces”.

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