OSUR señala que la gestión pública de Taigua en Terrassa incrementa las tarifas y reduce la inversión en la red de agua
Indica que las tarifas suben un 42% en cinco años mientras la inversión en infraestructuras cae a menos de la mitad respecto a la gestión anterior
El Observatorio de Servicios Urbanos (OSUR), que evalúa la calidad de los servicios públicos municipales, ha realizado un estudio sobre la gestión de la empresa pública Taigua, responsable del suministro de agua en Terrassa desde 2018, y señala que lsu gestión en Terrassa incrementa las tarifas y reduce la inversión en la red de agua.
Expone que el Ayuntamiento de Terrassa reemplazó a la empresa privada Mina Pública d’Aigües de Terrassa, que había operado en el municipio desde el siglo XIX, por la pública Taigua. El informe asegura que, desde el cambio en el modelo de gestión hace cinco años, las tarifas de agua han experimentado un incremento del 42%, «casi duplicando el aumento en otras ciudades de tamaño similar, ya sean de gestión pública o público-privada, que sitúan la subida media en un 21%.
Este incremento se ha justificado como necesario para equilibrar las cuentas de Taigua. Sin embargo, los datos del informe revelan que la subida de tarifas no ha sido acompañada de una mejora en la calidad del servicio o en la eficiencia del sistema».
Según OSUR, hay un descenso en el rendimiento hidráulico de Taigua, «que ha pasado del 80% en la época de Mina al 78% actual». Indica que esto implica que, para cubrir la misma demanda de agua, Taigua debe comprar un 2,6% más que antes, debido a las mayores pérdidas en la red de suministro, que apuntan a una falta de mantenimiento de las infraestructuras. Y añade que «la ausencia de una adecuada inversión en la red está ocasionando un deterioro progresivo de las instalaciones, lo que puede traducirse en mayores costes de reparación y pérdida de eficiencia a medio y largo plazo».
En términos económicos, OSUR se refiere a un incremento en los gastos de personal del 56% desde la municipalización, debido a un aumento del 30% de la plantilla, «sin que ello se haya traducido en un mayor número de servicios directos». Paralelamente, la inversión en mantenimiento y renovación de infraestructuras ha descendido en un 31,6%, agrega, lo que podría estar relacionado con el deterioro en la eficiencia de la red y la calidad del servicio, según OSUR.
Dice que las inversiones ejecutadas por el operador entre 2019 y 2023 fueron de 14,16 millones de euros, «una cifra que contrasta significativamente con los 20,06 millones de euros que el anterior gestor del servicio invirtió en sus últimos cinco años de contrato (2012-2016). Cabe destacar que casi toda la inversión de Mina fue a parar a mejoras en la red mientras que Taigua dedicó a este fin alrededor de un 60%».
OSUR destaca que la decisión de asumir la gestión del agua directamente en Terrassa se tomó con la premisa de que, al tratarse de una empresa pública, se reducirían los costes al eliminar la partida destinada a beneficios empresariales y la bonificación en el Impuesto de Sociedades. Sin embargo, asegura que el estudio revela que la partida de beneficios fue absorbida por otras partidas de costes, entre ellas los “costes indirectos”, y que los beneficios fiscales y la adscripción gratuita de las instalaciones de la red no han compensado los desajustes en la gestión, lo que ha llevado a la subida drástica de las tarifas para evitar pérdidas.
Según OSUR, «la experiencia de Taigua en Terrassa refleja los retos asociados a la gestión directa de un servicio tan complejo como el suministro de agua, en los que la municipalización debe basarse en criterios de viabilidad y eficiencia. En el caso de Terrassa, los incrementos tarifarios y la reducción del rendimiento hidráulico indican que la decisión ha implicado altos costes tanto económicos como técnicos, que se han trasladado a los usuarios.
La falta de mantenimiento adecuado y el aumento en los costes operativos han mermado los beneficios fiscales de la gestión directa, lo que sugiere la necesidad de un análisis más exhaustivo en futuros procesos de remunicipalización. La gestión de servicios urbanos complejos exige un enfoque que garantice no solo la sostenibilidad financiera, sino también la calidad y eficiencia del servicio en beneficio de los ciudadanos».