LluĂ­s Florit Marti

Lluís Florit es un profesional inquieto. Muchos otros en su caso no se hubiesen liado a crear una nueva empresa  pero el y sus amigos se han embarcado con ilusión de jóvenes.

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Dicen que para crear una empresa lo más importante es tener una buena idea. Este es el principio de la historia de la sociedad Gesmat 8 Exercitia, nacida en Barcelona. Bajo este enigmático nombre hay una empresa que aún no ha empezado a funcionar pero que ha dado ya todos los pasos preliminares.

Lluis Florit es uno de los impulsores de Gesmat 8 Exercitia. Explica que el proyecto se basa en la idea de crear un nuevo material con el que fabricar piezas con las que se realizan las endodoncias, o lo que es lo mismo, aquellas operaciones de estomatología consistentes en insensibilizar primero una pieza dental afectada de caries y luego fabricar una funda para que dicha pieza siga siendo útil.

Todo esto lo explica Florit, que es odontólogo y también tiene estudioso de ingeniería: “con un grupo de amigos pensamos que quizás se podría crear un material nuevo que tuviese la misma funcionalidad que los actuales, y sobretodo que fuese más fácil y rápida su implantación para los odontólogos”.

Con dicha idea Florit y tres amigos empezaron a trabajar: “los otros socios son un informático, un biólogo y un economista”, explica. Los tres pensaron que el nuevo material podía surgir de una combinación de productos ya existentes. Ese fue el primer paso, la investigación del producto. Pero a continuación los emprendedores se pusieron en contacto con la consultoría estratégica de la patronal de la pequeña y mediana empresa (Pimec). “Nos han ayudado mucho, destáquelo por favor”, manifiesta Florit.

Presupuesto

Una vez concretado lo que se quería hacer y con el nuevo producto ya listo, se creó la empresa, la citada Gesmat 8 Exercitia. En los inicios, el capital lo aportaron los socios y luego recibieron una ayuda del instituto de la Generalitat Accio10. “Hablamos de cifras modestas que en total no llegarían a 100.000 euros”, explica Florit.

El próximo paso ha sido legalizar el producto. Como el presupuesto inicial no es muy alto la patente se ha limitado a España, Japón, y una aplicable al mercado internacional. En función del éxito del nuevo material se iría ampliando el ámbito. “La etapa de las patentes nos ha servicio para conocer como funciona este mundo y hemos visto que por ejemplo no vale la pena intentarlo en China”, afirma el impulsor de Gesmat 8 Exercitia.

La tercera etapa, es intentar que las empresas del sector de los productos dentales tomen en consideración el nuevo producto, que Florit puntualiza “no está hecho con productos inventados exnovo sino que está formado por elementos ya existentes” el resultado es un material con idéntica resistencia y versatilidad e incluso precio que los que ya existen. ¿Cuál es la diferencia?. El emprendedor lo tienen claro, “un dentista tardaría 10 minutos menos en aplicar nuestro producto que los que ya están en el mercado”.

Fabricar y comercializar

Pero para que el nuevo producto esté a punto hace falta un nuevo paso. Se trata de conseguir que alguno de los fabricantes de productos odontológicos europeos se interese por el nuevo invento y, si se llega a un acuerdo cerrar un convenio de fabricación y distribución. La dificultad es que el sector está en manos de muy pocas empresas lo que no facilita a sociedades nuevas entrar en estos círculos.

Los problemas no arredran a los emprendedores como Florit que añade: “en todo caso estamos también analizando una segunda opción que supondría aprovechar la existencia una Join Venture creada desde el colegio de médicos junto a Accio10 que estarían creando una especie de sociedad de capital riesgo para financiar iniciativas relacionadas con empresas relacionadas con la investigación médica.

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