Las muletas que revolucionarán las ortopedias llegarán en 2017
Un ingeniero vasco prepara el lanzamiento al mercado de Kmina, un soporte que reparte el peso del cuerpo en los antebrazos del portador
Ignacio Mañero ya ha contado la anécdota unas cuantas veces. Un día mientras comía nueces con queso, postre típico de su San Sebastián natal, se le ocurrió el mecanismo que haría funcionar el proyecto que tenía en mente. El muelle que incorporaba el cascanueces también podía servir para amortiguar el peso del cuerpo y hacer más cómodas el nuevo modelo de muletas en el que estaba trabajando.
Kmina es la aventura empresarial que Mañero, ingeniero de 27 años, y su socio Alejando Vañó iniciaron en febrero de este año. Fue entonces cuando crearon una compañía que espera, de aquí a cinco meses, llevar a las ortopedias un concepto diferente de muletas.
Peso más repartido
No se trata, puntualiza Mañero, de una mejora en los materiales para aligerar el producto –ya existen modelos así, premium de fibra de carbono, en el mercado, señala. Sino de cambiar la estructura de las muletas en base a dos ideas: «repartir el peso del cuerpo entre la mano y el antebrazo» y aligerar el efecto de esta carga gracias a la amortiguación que incorporan, explica a Economía Digital.
Según sus cálculos, y en base a las pruebas que han realizado en estos meses con personas de movilidad reducida (ancianos, discapacitados, etc.), este sistema reduce el peso que soportan mano y muñeca en un 80% respecto a las muletas tradicionales. Ello evita molestias y posibles lesiones en los pacientes, sostienen.
Beneficio médico
Si Mañero fue el precursor del proyecto y Vañó aportó los conocimientos empresariales (ambos se conocieron trabajando en la consultora multinacional PwC), el discurso médico lo sustenta Jaime Usabiaga, doctor de larga experiencia y antiguo jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario de San Sebastián.
KMINA: Las muletas por fin dejan de doler from KMINA on Vimeo.
Usabiaga ha asesorado a los dos jóvenes en el proceso de creación de Kmina, además de aportar capital para la creación de la sociedad. «Me he encontrado casos en los que el uso prolongado de muletas ha derivado en lesiones de muñeca y mano, perjudicando a los pacientes en sus procesos de recuperación por someter su brazo a mucha carga», explica.
Estancia en Lanzadera
Tras la puesta en marcha de la empresa y los primeros meses de testeo, Mañero y Vañó se incorporaron hace escasas semanas a Lanzadera, el afamado programa de aceleración de start-ups creado por Juan Roig, presidente de Mercadona. Casi al mismo tiempo que se mudaban a Valencia desde Madrid, los responsables de Kmina abrieron una campaña de recaudación de fondos en la plataforma de crowdfunding Kickstarter.
Su objetivo es conseguir al menos 20.000 euros para financiar la fabricación de las primeras 400 muletas que saldrán al mercado, previsiblemente en marzo próximo. A cambio los donantes podrán conseguir una unidad de muleta por 49 euros (el precio en tienda recomendado a las ortopedias será de 99 euros), o donarla a diversas asociaciones de enfermos o de apoyo a la tercera edad con las que Kmina ha cerrado acuerdos de colaboración.
Andadores o sillas de ruedas
Las intenciones de esta joven empresa pasan por vender su producto tanto en España como en el exterior –las campañas y promoción de Kmina tienen el inglés como idioma base–. Y una vez consolidado, lanzarse a desarrollar otros prototipos «siempre pensando en la movilidad». Por ejemplo, a través de andadores que faciliten que el paciente no se encorve tanto, o mediante nuevos modelos de sillas de ruedas, revelan.