La textil Grober suspende pagos y se liquida
Un juzgado mercantil de Girona ha declarado el concurso voluntario de SA Grober, empresa textil fundada en 1890. La firma cerró en septiembre último las puertas de su fábrica de Bescanó, la única que se mantenía en funcionamiento, y despidió a sus 87 empleados.
Desde entonces está inactiva. Una reciente sentencia ha obligado a pagarles unas indemnizaciones de tres millones. Sin plantilla y sin actividad desde hace casi siete meses, la empresa ha solicitado al juzgado que el expediente concursal derive en liquidación.
Grober giró durante muchos lustros en la órbita de Banco Madrid-Banco Catalán de Desarrollo, uno y otro integrados en el conglomerado del empresario Jaime Castell Lastortras.
La veterana compañía se dedicaba a la fabricación de cintas, elásticos para calzado, trenzas y cordones. No hace muchos años llegó a ser líder de Europa y una de las primeras del mundo en producción de cordones. Además del centro industrial de Bescanó, en sus mejores tiempos contaba con fábricas en Girona, Arenys de Munt y Cheste.