La ortodoxia de Convergència arrolla al conseller Vila
El columnista de 'La Vanguardia', Francesc Marc Alvaro lo fulmina por su “ingenuidad”
La ambición en la política es necesaria. Un dirigente socialista, de los veteranos, siempre repite una frase: “para ser candidato, lo imprescindible es querer serlo”. Pero a los miembros de un gobierno, o de la ejecutiva de un partido, que destacan por su deseo de marcar un perfil propio, en muchas ocasiones son castigados. Sólo se permite el ascenso de aquel o de aquella tras el beneplácito de la dirección.
El caso es que el conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, ha querido marcar ese perfil propio en el seno de Convergència y del Govern. Mantiene una excelente relación con la ministra de Fomento, Ana Pastor, y tilda de “adolescentes” a los independentistas que creen tener el objetivo a la vuelta de la esquina.
Y, claro, Santi Vila ya está recibiendo las oportunas críticas. La ortodoxia de Convergència, la que representa su actual dirección, de corte independentista sin más, ha lanzado un duro ataque al conseller. Y el columnista de La Vanguardia, Francesc Marc Alvaro, ha fulminado este lunes al conseller, bajo el título de Política adolescente.
El periodista, que defiende posiciones independentistas, asegura que muchos consellers que aspiraban a todo, luego “no tienen ni una nota a pie de página”. Habla de Pujals, como un ejemplo que Vila debería tener en cuenta.
Vila, ¿el conseller engañado?
Le alaba respecto a la idea de Vila de que no se puede mantener posiciones adolescentes en la política, pero, al mismo tiempo, le tacha de ingenuo por dar por buenos sus acuerdos con la ministra Pastor, cuando, después, se comprueba la falta de inversión en el servicio de Cercanías de Renfe, tras el incidente del pasado viernes, con un choque de trenes en Sants.
Es decir, Francesc Marc Alvaro devuelve como un boomerang a Santi Vila su comentario sobre la adolescencia. Y sentencia de forma lapidaria: “Recuerden que hay tres constantes de la psicología adolescente: pensar que eres el centro del mundo, pretender reinventar la historia desde cero y tener la enorme ingenuidad de creer que a ti -que eres el mejor- no te engañarán”.
Seria advertencia, por tanto, que no pasará desapercibida en la sede de Convergència, que, desde hace un tiempo, guarda las esencias de la ortodoxia nacionalista, orientada hacia la independencia de Catalunya.