La omnipresencia del lobbista Xercavins alcanza al Barça
La conocida propensión del empresario barcelonés Josep Maria Xercavins a situarse en todos los frentes posibles de poder es insistente. El Barça, de cuya comisión económica forma parte, le gusta no sólo por las relaciones y negocios que se encarrilan en el palco, sino también para demostrar ante la alta sociedad su gran nivel de supuestas influencias y contactos.
La última de todas se produjo a propósito de un pequeño encuentro que él y su amigo Manel Torreblanca tuvieron en Madrid con el ministro de Justicia, Alberto Catalá, a propósito de antiguas relaciones. En la reunión se habló de varias cuestiones, pero en un escenario de conocidos que charlan de lo divino y lo humano.
Poco tardó, sin embargo, el ínclito Xercavins en lanzarse vía SMS a los vicepresidentes del Barça Javier Faus y Carles Vilarrubí para darles parte de la opinión que el ministro tenía sobre los asuntos del club (caso Neymar e imputación del presidente Josep Maria Bartomeu) y ofrecerse como cualificado interlocutor. Los mensajes que cruzó con uno y otro no eran exactamente inéditos y, según algunos de los conocedores, incluso empujaban a un miembro de la directiva contra otro.
¿Y cómo pudo conocerse ese contenido privado? En algún encuentro reciente entre amigos del inmobiliario y al que asistieron más de una docena de personas, el iPhone de Xercavins circuló con avidez entre los asistentes para mostrar su influencia y cómo era capaz de interlocutar con la cúpula del Barça diciendo a cada quien aquello que quiere oír.