La filosofía está de moda (y es práctica)
"Filosofar" (EDLibros) reúne las aportaciones de nueve filósofos que, entre otros ejercicios, han situado a Hamlet en las Ramblas
De la misma manera que los dibujantes de planos han dejado la escuadra y el cartabón en el fondo de un cajón y ahora se manejan con ordenadores, los filósofos de nuestro tiempo han arrinconado en sus bibliotecas los manuales de metafísica porque asuntos como dios, el alma y la muerte ya no ocupan el primer plano de su trabajo. Su tarea, hoy, ya no consiste en reflexionar en torno a lo abstracto del Ser, sino en hacerse las preguntas adecuadas para acompañar de sentido disciplinas como la robótica, la biotecnología o la política.
Filosofar (EDLibros) resume las aproximaciones de nueve destacados filósofos de Cataluña que han asumido, en palabras de Ferran Sáez, coordinador de la obra y autor del capítulo «Hamlet en las Ramblas», que “si hay un momento de la historia en el que las cosas no parecen lo que son es éste”.
Begoña Román, una de las autoras, explica que “la filosofía de hoy en día ha adquirido una clara dimensión práctica”. “Las propias universidades han tomado conciencia de que no estaban haciendo la autocrítica necesaria sobre avances de la ciencia en campos como la biotecnología. Han llegado a la conclusión de que tenía que venir alguien de afuera porque no basta con una formación técnica”, considera.
Una época confusa
Ya no cabe dar por sentada, por ejemplo, la distinción entre hombre y máquina porque un día, más pronto que tarde, tendremos por compañero de oficina a un androide y será inevitable que nos planteemos si estamos frente a un cacharro metálico o frente a un poshumano.
“Cuando todos los fundamentos se resquebrajan, entonces llamamos al filósofo para que recomponga los conceptos”, concluye Francesc Torralba. “Los libros de filosofía se van a centrar en temas del tipo cómo entendernos siendo tan diferentes en sociedades tan veloces y tan complejas”, augura. Y apunta una utilidad clara de la filosofía contemporánea: “Se va a producir un consumo de la filosofía para la consolación del alma”.
Otro de los autores, Joan Vergés, piensa que “la filosofía siempre se hace más visible cuando nos rodean cambios”. Y apunta una paradoja: “Hay una demanda de filosofía práctica en el sentido de dar orientación y la realiza gente que quiere ser muy libre, que no quiere encadenarse a una respuesta intelectual”.
Filosofía a martillazos
Y lo cierto es que no puede haber una sola respuesta intelectual, un único patrón. Al contrario. “La filosofía actualmente impugna una ficción: la ficción de la talla única, del pret-a-porter. Por ejemplo, el debate actual sobre feminismo no se puede reducir a una solución única ni uniforme. La filosofía debe molestar mucho más, no debe ser una respuesta a los problemas. La filosofía lo que debe hacer es problematizar”, argumenta Anna Pagès.
¿La filosofía va por barrios? Xavier Antich, en todo caso, considera que “aquí, en Cataluña, hay un rasgo característico”. “Hay una voluntad de los filósofos de intervenir en el debate público. El arrinconamiento de la filosofía en el ámbito de la educación contrasta con la demanda en ámbitos como comités de ética aplicada, en medios de comunicación y en ámbitos de formación empresarial”, explica. Y lo demuestra muy gráficamente: “En el último año, de cada diez invitaciones que he recibido, nueve no tienen que ver con un ámbito estrictamente filosófico”.
Concluyamos, por tanto, que la filosofía –o una buena parte de ella– ha salido por la ventana de las aulas y ha regresado al ágora, a la plaza pública. De donde no se ha marchado es de las librerías. Allí podrán encontrar un ejemplar de Filosofar (EDLibros), escrito a 18 manos, las de Ferran Sáez, Francesc Torralba, Anna Pagès, Xavier Antich, Begoña Román, Mercè Rius, Gregorio Luri, Joan Vergés y Ángel Castiñeira. El impulsor de esta obra, Fèlix Riera, lo tiene claro: “La filosofía ha vuelto al primer plano, está de moda”.