La banca que amenaza a Mas arriesga 10.000 millones en préstamos a la Generalitat y el 20% de sus activos
Fainé, Oliu y González impulsan el comunicado conjunto del sector que advierte de la "exclusión financiera" de Cataluña si se proclama la independencia
Los dos bancos con sede en Cataluña, Caixabank y el Sabadell, han logrado el objetivo que persiguen desde hace meses: el posicionamiento conjunto del sector contra la independencia. Dicho de otro modo, que las grandes entidades respondan con una única voz al desafío político que impulsa el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas. Al expresarse al unísono y mediante las dos patronales sectoriales, minimizan los riesgos comerciales.
No se trata de un único grupo quien se pone frente a los vientos independentistas que soplan en Cataluña, con la pérdida de clientes que podría suponer, sino todos. Las calles catalanas están huérfanas de sucursales amigas del «procés» por orden de sus jefes; pasa justo lo contrario con los supermercados –Bon Preu y Esclat— o el pequeño comercio, que mayoritariamente apoya las aspiraciones nacionalistas.
Las entidades asumen un riesgo financiero mayúsculo si Cataluña se independiza. Los firmantes del comunicado esperan el reembolso de 10.040 millones que han prestado, mediante créditos o titulaciones, a la Generalitat sólo esta legislatura. El BBVA de Francisco González presenta una exposición de 3.990 millones mientras Isidro Fainé ha inyectado 3.570 millones a través de Caixabank.
La punta del iceberg
El Santander de Ana Botín reconoce en sus balances 1.260 millones; Bankia, 800 y, finalmente, el Sabadell de Josep Oliu sólo ha girado 420 millones. Las partidas sumadas equivalen a una sexta parte de la deuda total de la Generalitat, que asciende a unos 63.000 millones. El mayor prestamista de Mas es Mariano Rajoy, que a través del fondo de liquidez autonómico (FLA) ha desviado unos 30.000 millones.
Esta situación en particular es sólo la punta del iceberg. Las entidades de Fainé y Oliu tienen en Cataluña el 20% de sus activos financieros, que ante un episodio «de desobediencia civil» prolongado –como el que defiende la ANC a partir del 28 de septiembre— deberían, como mínimo, dotarse. Caixabank anota una cuota de mercado del 28% en Cataluña, seguida por BBVA (26%) y el Sabadell (16%).
No es de extrañar que Fainé, Oliu y González fueran los encargados de alinear a todo el sector para frenar a Mas e insistir en el llamamiento al diálogo. Nunca antes, la banca había entrado en campaña y lo ha hecho, según distintas fuentes financieras, con dureza porque los riesgos económicos son «extremadamente ciertos» y los bancos «dan credibilidad a las últimas encuestas«.
Riesgos cada vez más reales
Se trata de «los riesgos que para la estabilidad financiera comportaría cualquier decisión política que quebrantara la legalidad vigente y conllevara la exclusión de la Unión Europea y del euro de una parte de España», previenen los banqueros en su comunicado [DESCARGAR]. Mediante él, exigen reformas que aseguren la unidad de España y el «encaje» de Cataluña. Es decir, siguen la línea, con matices, ya expresada por el barcelonés Cercle d’Economia y el capitalino Círculo de Empresarios.
En los últimas días, empresarios y banqueros –Carles Tusquets, de Fibanc, o Antoni Brufau, presidente de Repsol, entrevistados por Josep María Cortés— se han pronunciado sobre estos escenarios. Además, las distintas agrupaciones han coincidido en el diagnóstico de que una declaración unilateral supondría la salida inmediata de la Unión Europea y la pérdida del euro como moneda. Todas las patronales, ahora incluida la banca, creen que ambas circunstancias pondrían en peligro sus negocios.