Javier Cottet confiesa que »es un poco del 15M»
''Vivimos en un estado que es enemigo del empresario''. El dueño de Cottet Óptica tampoco se muerde la lengua en una nueva edición de 'Conversaciones en torno a una copa de vino'
«El gran reto es sabernos adaptar al entorno», «cambiante», asegura el director general de Cottet Óptica sobre los desafíos a los que se enfrenta la empresa que dirige. Entre ellos se incluye, en una compañía de capital familiar como la suya, el relevo. «Los empresarios, mayores, padres o fundadores, tienen la obligación de enseñar al resto de accionistas qué quiere decir ser dueño de algo. Puedes ir al IESE o Esade, pero no hay ningún curso del mundo que te enseñe a ser dueño», relata.
Activismo empresarial
Durante años presidente del eje comercial Barna Centre, entre otros cargos asociativos en el sector, Cottet presume de su activismo. «Yo soy un poco 15M… desde un punto de vista empresarial», asegura. Y carga contra la falta de implicación de otros colegas empresarios, más discretos en sus declaraciones públicas.
«Lo que no podemos tener es ese sentido de la culpabilidad. Sin riqueza y sin impuestos no hay estado de bienestar», defiende.
Críticas a los políticos
Las críticas a los políticos son una constante durante la conversación. También respecto a las decisiones que estos toman y sus implicaciones normativas. «¿Cómo puede ser mucho más beneficioso venderte la empresa, hacer una sicav, pagar un 1% y llevártela fuera (y eso es 100% legal), que continuar trabajando con la empresa?», se pregunta.
Si con el anterior gobierno municipal, capitaneado por Xavier Trias, Cottet se manifestó decepcionado, los dardos a Ada Colau y al resto de ayuntamientos del cambio son constantes. «Viven en un mundo totalmente utópico. (…) No toman decisiones basadas en datos o en cuentas de explotación», asegura.
Afán prohibicionista
Aunque, más allá de colores políticos, para este directivo el problema está en la raíz y cultura política del país en su conjunto. «No puede ser que un país regule prohibiendo. Este es un problema de España. En los países anglosajones se regula en positivo». Y lo ejemplifica con normativas como las que afectan a los pisos turísticos o a las terrazas de la Diagonal.
Todavía más crítico se muestra con una norma como la que regula la apertura de espacios comerciales los domingos, que afecta directamente a su negocio. Lo que le lleva a concluir, rotundo, que «vivimos en un estado que es enemigo del empresario».