García Melero: »Mis hijos ya no utilizan el mando de la televisión»
''Escucho todas las críticas, hasta las más desproporcionadas'', asegura la periodista y presentadora de TV3, protagonista esta semana en la serie web 'Conversaciones en torno a una copa de vino'
Es una de las caras y las voces más conocidas de la televisión catalana. No en vano trabaja desde hace 25 años en TV3, donde ahora ejerce como conductora del magacín de tarde Divendres. Helena García Melero (1968, Barcelona) es la segunda protagonista de Conversaciones en torno a una copa de vino, la serie web producida por Economía Digital con el patrocinio de Bodegas Torres.
García Melero saltó, casi literalmente, de la facultad a los estudios de TV3, a donde llegó todavía siendo una estudiante para presentar el Telenotícies de la cadena autonómica. «El primer día salí llorando», relata esta profesional que cita como dos de sus principales referentes a Josep Cuní –con el que presentó durante tres años Els matins—y Carles Francino. Además de a otras colegas, en activo o no, como Ana Blanco, Ana Pastor, Rosa María Calaf o Rosa María Mateo.
Cambios en el negocio
De estas dos décadas y media se muestra agradecida y reflexiona sobre cómo ha cambiado la televisión en este tiempo, también en la manera de consumirla. Y lo hace mirando a sus hijos: «Prácticamente ya no cogen el mando de la televisión. Cuando la quieren ver se cogen el ipad», relata.
Relacionada con su maternidad estuvo la decisión, a inicios de los 2000, de rechazar una oferta para saltar a una cadena de ámbito nacional, de la mano de Antena 3, confiesa. «Una propuesta muy seria». Pocos meses antes había cambiado los informativos por el programa líder en Cataluña en horario matinal.
Críticas y popularidad
Con los años se convirtió en un rostro cada vez más popular, con los inconvenientes que esto conlleva. «Escucho todas las críticas. (…) Hasta las más desproporcionadas», comenta, al entender que ello va con la profesión. A pesar de que ahora le afectan «doblemente», debido a la fácil difusión que traen consigo las redes sociales y el efecto sobre su familia.
Pero también los comentarios positivos de las personas que se le acercan, para las que siempre tiene un momento, explica. «Tú entras en la casa de la gente. (…) Así que nos debemos a ellos».
«En la televisión es imposible disimular el personaje, para lo bueno y para lo malo», advierte, con la experiencia de haber trabajado desde siempre en programas emitidos en directo. Un formato en el que se siente muy cómoda, especialmente en horario de mañana o tarde. «Si fuese grabado me pondría nerviosa», concluye.